Mons. Elizalde: “Cáritas debe ser misericordiosa frente a la situación del pobre”
“Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”, citó y agregó: “Estas palabras nos ayudan a comprender que la participación en Cáritas es expresión de la misericordia que hemos recibido y que deseamos trasmitir a los hermanos, y por eso el Año Jubilar representa un momento importante, una instancia de renovación, de nueva y más profunda fundamentación de nuestra tarea”.
En su mensaje a los participantes de la Asamblea Diocesana de Cáritas Nueve de Julio, que se realizó este sábado con el lema “Misericordiosos como el Padre”, el prelado sostuvo que “la misericordia se despliega en los gestos y palabras de Jesús, y el Santo Padre lo presenta en tres actitudes: compasión, perdón y caridad.
“La compasión es fundamental, pues sin sentir el dolor del que sufre, sin padecer-con-Él, nuestras acciones no serían como las de Jesús, ni estarían plenamente inspiradas en la misericordia que debemos trasparentar”, precisó.
Al referirse al perdón, obispo señaló que “con el perdón llega la capacidad de tolerar, de esperar pacientemente la hora oportuna, el toque de la gracia, para no imponer nuestros ritmos sino acoger con generosidad y comprensión las necesidades y carencias del otro. En el Padre nuestro pedimos: ‘Perdónanos, como nosotros perdonamos’”.
Monseñor Elizalde afirmó que “en el ejercicio de la caridad debe estar siempre presente la misericordia, que como dice el Papa ‘es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia’”.
“Estas palabras nos marcan fuertemente cuál debe ser el estilo de nuestro accionar: cómo recibir, cómo salir al encuentro de los hermanos, cómo reconocer sus necesidades, cómo aplicar el bálsamo del consuelo con nuestra ayuda fraterna y desinteresada”, puntualizó.
Monseñor Elizalde pidió escuchar “la invitación del papa Francisco de abrazar decididamente la gracia de la misericordia que nos es ofrecida, y hacernos trasmisores de ella en el servicio de la Iglesia que llega a los hermanos. Para esto debemos primero conocer la inmensidad del amor que Dios nos tiene y saber las profundidades del abismo del pecado, que es rechazo de Dios” y subrayó: “La misericordia alimenta la esperanza, y da fecundidad a la obra de la Iglesia y trae luz y calor de redención a los corazones de los fieles”.+
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