La Virgen de Fátima, en la devoción porteña

Buenos Aires (AICA): Como ocurre cada 13 de mayo desde hace más de 60 años, la parroquia Nuestra Señora de Fátima de Villa Soldati celebró sus fiestas patronales y recibió a cientos de devotos de esta advocación mariana. El cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, animó a los presentes -y especialmente a los jóvenes- a “querer un poquito más a María”.
Como ocurre cada 13 de mayo desde hace más de 60 años, la parroquia Nuestra Señora de Fátima de Villa Soldati celebró sus fiestas patronales y recibió a cientos de devotos de esta advocación mariana.

El templo, proclamado santuario en 1992, abrió sus puertas sobre la calle Mariano Acosta muy temprano en la mañana. Desde entonces y hasta el anochecer pasaron los devotos venidos de distintas zonas de la ciudad y del gran Buenos Aires, que rezaron ante la imagen de María y participaron de las celebraciones programadas.

El día de la “Blanca Señora de los Pobres” fue una jornada especial para la Escuela de Fátima, una obra educativa que tiene más de 2.500 alumnos. Desde el nivel inicial y hasta el secundario, los alumnos realizaron actividades especiales y asistieron a la misa celebrada en el santuario.

En el 98° aniversario de las apariciones, la comunidad parroquial rezó especialmente a la Reina de la Paz pidiéndole que ayude a cada cristiano a ser mensajero y constructor de la paz en la familia, en el barrio y cada ambiente de inserción.

El padre Andrés Tocalini, sacerdote marianista a cargo de la parroquia, invitó a todos los fieles y peregrinos a preparar el corazón para las celebraciones del centenario de las apariciones de Fátima, comprometiéndose como misioneros de la Virgen y constructores de paz.

La misa central
A las 18, la Virgen de Fátima salió a la calle para el inicio de la procesión. Frente a la ermita y en el Descanso del Peregrino, se renovó la consagracíón de la ciudad de Buenos Aires al Inmaculado Corazón de María, que desde hace 16 años se realiza el 13 de mayo en este lugar.

La procesión se detuvo en la esquina de Mariano Acosta y Ana María Janer, en la puerta del edificio que desde este año aloja al Instituto Terciario Nuestra Señora de Fátima, fundado hace cuatro años. Luego continuó hasta el Barrio de los Piletones y finalmente culminó con la celebración de la misa.

La Eucaristía fue presidida por el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, quien animó a los presentes -y especialmente a los jóvenes- a “querer un poquito más a María”. El purpurado explicó por qué los cristianos aman a María, y culminó su predicación con un gesto por el Año de la Vida Consagrada: elogió la tarea de los religiosos y religiosas y los llamó “hermanos y hermanas de Jesús” que caminan al lado de la gente para consolar, animar y acompañar al pueblo de Dios.+

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