Entre otros, asistieron el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli; el obispo de Venado Tuerto y presidente de la Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las religiones, monseñor Gustavo Help; el obispo maronita monseñor Habib Chamieh, y otras autoridades de iglesias ortodoxas y de diferentes comunidades evangélicas.
El Consejo Mundial de Iglesias, iniciado en 1948, con sede en Ginebra, reúne a 345 iglesias, denominaciones y comunidades de más de 110 países que representan a 560 millones de cristianos. Lo integran la mayoría de las iglesias ortodoxas y una buena cantidad de comunidades anglicanas, bautistas, luteranas, metodistas y reformadas, entre otras.
En su extensa conferencia, el doctor Tveit se refirió a la décima y última asamblea del CMI, realizada en Corea en 2013, y a algunas inquietudes suscitadas allí, como el cambio climático que afecta la integridad de la Creación, las armas nucleares, la violencia en nombre de la religión, etc.
Abrió el acto el Secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, quien se mostró complacido por tener el salón completo y señaló que desde el confín del mundo, como diría el papa Francisco, podemos reconocernos como hermanos, más allá de las confesiones, y coincidir con lo que propone “nuestro papa argentino” en la encíclica Laudato Si. Dijo que en momentos muy difíciles el CMI ayudó a quienes sufrían persecución y debían salir de nuestro país.
Luego habló el presidente de la CEICA, el obispo metodista Frank de Nully Brown, quien señaló que la CEICA es un espacio de encuentro y comunión donde convergen distintas tradiciones cristianas; es un ejercicio de respeto y convivencia, “un espacio ecuménico que nos une en la oración por la unidad de todos los cristianos”. Manifestó dolor por la persecución a los cristianos en Medio Oriente y recordó el centenario del genocidio armenio, que también comprendió a siríacos y griegos cristianos.
Tveit habló de recuperar el sentido del movimiento ecuménico, la dirección como un camino de transformación hacia un lugar santo, hacia la verdad y la reconciliación, en una humanidad profundamente dividida. Recordó al pastor metodista argentino doctor José Míguez Bonino, que influyó “sobre mi peregrinaje ecuménico”, y elogió al pontífice romano por tender puentes, al tiempo que coincidió con el llamado papal a un día mundial de oración por el cuidado de la Creación. Y señaló que en ese peregrinaje no hay modo de separar los conflictos del mundo de nuestra fe.
Tveit habló en inglés y fue traduciendo sus palabras el pastor presbiteriano Julio López.
Al concluir el acto se leyeron el salmo 85 y la carta a los Efesios; se cantó la canción “Dios familia”, incoada por un coro, se entonaron una bendición compuesta por el obispo metodista Federico Pagura y una oración de gratitud, en la cual todos respondían “Gracias por acompañarnos en el camino”, a distintas invocaciones, como “Señor, Tú te hiciste hombre en Jesucristo para que comprendiéramos cuán grande es tu Amor”. (Jorge Rouillon)
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