Mons. Martínez advirtió sobre formas de religiosidad que provocan la indiferencia de la fe
“Debemos agradecer que nuestra gente tenga una fuerte religiosidad y deseos de búsqueda de Dios. Pero es cierto que la religiosidad si no asume un camino de maduración en la fe puede quedar anclada en meras devociones, promesas de un mundo feliz, ‘ligth’, que solo son burbujas engañosas, o bien rituales vaciados de compromisos con la vida y hasta con el riesgo de generar desequilibrios afectivos y sicológicos”, advirtió.
El prelado recordó que “la fe que nos enseña Cristo, como nos lo dice el texto bíblico de este domingo, es una enseñanza y un camino exigente” y puntualizó que “la fe para los cristianos está ligada al misterio de la Encarnación y de la Pascua”.
“Entre las tantas propuestas religiosas podemos percibir que no son un camino adecuado para un auténtico encuentro con Dios, aquello que nos señala el documento Navega mar adentro: ‘Además, existen grupos seudo religiosos y programas televisivos que proponen una religión diluida, sin trascendencia, hecha a la medida de cada uno, fuertemente orientada a la búsqueda de bienestar y sin experiencia de que significa adorar a Dios’”, indicó y reconoció que “sorprendidos en su buena fe, y poco formados por la Iglesia, algunos cristianos entran en círculos difíciles de abandonar cuando la desilusión o la mentira quedan en evidencia”.
Monseñor Martínez lamentó que para “manipular la religiosidad genuina” se utilicen “para su promoción, o venta del producto, a personas ejemplares como la Madre Teresa de Calcuta o el Papa Juan Pablo II, de quienes no dicen que ellos estaban convencidos y amaban a Jesucristo y a su Iglesia, y que se oponían a posturas donde todo se mezcla, ‘la biblia y el calefón’, ‘la encarnación y la reencarnación”.
“La maduración en la fe nos enseña a actuar con responsabilidad con ese don de Dios y buscar caminos para formarnos, a orar, a asumir valores, como la justicia, la libertad, la paz, la solidaridad… Sobre todo a vivir el misterio Pascual y la fe eclesial, de tal manera que tengamos una espiritualidad que nos permita ser cristianos en la vida cotidiana. Es importante recordar que la fe que no se ‘encarna’ en la vida, termina siendo una religiosidad vacía y superficial. Lamentablemente estas formas de religiosidad terminan siendo la antesala del secularismo, o provocando la indiferencia de la fe”, concluyó.+
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