El nuevo diácono, de 27 años, cursó sus estudios filosóficos en el Seminario Interdiocesano La Encarnación, de la ciudad de Resistencia, completó su formación en el Seminario Internacional Sedes Sapientiae de Roma con seminaristas de diversos continentes, y finalmente hizo el ciclo teológico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.
El obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, presidió la misa concelebrada por el obispo auxiliar y el obispo emérito de la diócesis, monseñor Gustavo Montini y monseñor José Lorenzo Sartori, respectivamente, y varios sacerdotes del clero diocesano. Además, contó con la participación de numerosos fieles de la diócesis y de la comunidad de Villa Berthet.
En la homilía, monseñor Barbaro se dirigió al seminarista para recordarle cuál es el servicio que asume como diácono.
“No asumís una función de privilegio sino de servicio humilde a los demás. Tené presente que en aquella Última Cena en la que Cristo instituyó la Eucaristía y el sacerdocio, también lavó los pies de los discípulos. Con este gesto enseñó una vez más a los apóstoles, también te lo enseña a vos y a mí, que no nos llama a una función de privilegio sino a servir”, precisó.
El prelado animó al nuevo diácono a prestar mucha atención a las necesidades de los fieles: “Las necesidades de las almas son enormes. Somos instrumentos para ayudar a la gente a pensar como nos enseñó Jesucristo, a vivir con los modos elevadas de la vida de un cristiano (…) ayudar a que la gente descubra la verdadera felicidad que supone una vida renovada por Dios, en su amor y conforme a sus exigencias. El diaconado no es un pasatiempo sino una responsabilidad grande”, agregó.
Finalmente, monseñor Barbaro invitó al nuevo diácono a no desanimarse y encontrar en Cristo las fuerzas: “Que el Señor te regale un corazón de servidor, muy misionero, que no te canses. Y no te vas a cansar ni desanimar si la fuerza brota siempre de tu unión con Dios”, sostuvo.
Al finalizar la celebración eucarística, el flamante diácono agradeció de modo especial a Dios por llamarlo a este servicio, a sus padres y a toda su familia por el acompañamiento, a los obispos y a todos los que lo acompañaron.+
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