Mañana llega el Nuncio Apostólico, Mons. León Kalenga Badikebele
Misa en la catedral metropolitana
El viernes 29 de junio, solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo y Día del Pontífice, en la catedral metropolitana de Buenos Aires a las 18, monseñor Kalenga presidirá la santa misa a la que se invita a toda la feligresía, religiosos y laicos, a manifestar entusiasta y alegremente su adhesión al papa Francisco.
Será este el primer contacto con el pueblo argentino, al que le dirigirá su saludo.
Datos biográficos de Mons. León Kalenga Badikebele
Nació en Kamina, República Democrática del Congo, el 17 de julio de 1956. Fue ordenado sacerdote el 5 de septiembre de 1982 e incardinado en la diócesis congoleña de Leubo.
Tras obtener el título académico de doctor en Derecho Canónico, ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede el 27 de febrero de 1990. Prestó servicios en las representaciones pontificias de Haití, Guatemala, Zambia, Brasil, Egipto, Zimbabue y Japón.
El 1° de marzo de 2008 fue designado nuncio apostólico en Ghana. El 22 de febrero de 2013 fue trasladado a la nunciatura en El Salvador y el 13 de abril del mismo año en Belice, con residencia en El Salvador.
Monseñor Kalenga habla francés (lengua oficial de su país), inglés, italiano y español.
Breve historia de los representantes pontificios en la Argentina
Monseñor León Kalenga Badikebele será el 13º nuncio apostólico en la Argentina, desde que en 1916 el país tiene plenas y normales relaciones con la Santa Sede, y será el cuarto del siglo XXI. El primero fue monseñor Santos Abril y Castelló (marzo de 2000 a abril de 2003), el segundo fue monseñor Adriano Bernardini (de abril de 2003 a diciembre de 2011), y el tercero fue monseñor Emil Paul Tscherrig (de enero de 2012 a septiembre de 2017).
Los otros nueve nuncios apostólicos fueron: Alberto Vasallo-Torregrossa (1916-1922), Juan Beda Cardinale (1922-1925), Felipe Cortesi (1926-1936), José Fietta (1936-1953), Mario Zanin (1953-1958) falleció en Buenos Aires; Humberto Mozzoni (1958-1969), Lino Zanini (1969-1974), Pío Laghi (1974-1980), y Ubaldo Calabresi (1981-2000) quien registró la mayor permanencia en el cargo: casi 20 años, lo que constituyó una excepción en los representantes pontificios.
En un primer momento las relaciones de la Santa Sede con la Argentina, iniciadas en 1849 durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, estaban a cargo de Delegados Apostólicos. El primero fue monseñor Luis Besi (1849-1854) y el segundo fue monseñor Marino Marini (1857-1864).
Luego pasaron 14 años sin representante pontificio hasta 1877 en que la Santa Sede envió a monseñor Angelo Di Pietro como delegado apostólico y enviado extraordinario, quien concluyó su misión en 1879.
De abril de 1880 a octubre de 1884, estuvo con idénticos títulos monseñor Luis Matera.
A raíz del celo con que defendió los derechos de la Iglesia, el 14 de octubre de 1884 monseñor Matera fue expulsado del país, mediante una nota de Eduardo Wilde, ministro de Relaciones Exteriores del presidente Julio Argentino Roca. A partir de aquel momento, por casi 16 años estuvieron interrumpidas las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, hasta el 15 de enero de 1900, durante la segunda presidencia del general Roca, en que llegó como Internuncio Apostólico monseñor Antonio Sabatucci.
Con el título de Internuncio hubo dos representantes pontificios en el país: monseñor Antonio Sabatucci (1900-1906) y monseñor Aquiles Locatelli (1906-1916). Luego se inició la serie de nuncios apostólicos.
Con las únicas excepciones de monseñor Santos Abril, que era español, y monseñor Emil Paul Tscherrig, suizo, y ahora monseñor León Kalenga Badikebele, todos los representantes pontificios en la Argentina fueron italianos. Monseñor Tscherrig fue, además, el primero de lengua no romance, alemán. La lengua del es el francés.
Doble misión del Nuncio Apostólico
El Nuncio Apostólico tiene, de ordinario, una función intra eclesial y una función diplomática.
La función eclesial consiste: 1) en informar, de modo estable y objetivo, a la Santa Sede sobre las condiciones de las comunidades a las que haya sido enviado, y sobre cuanto pueda tener un reflejo en la vida de la Iglesia y en el bien de las almas; 2) en ayudar, aconsejar y colaborar con las Conferencias Episcopales y con cada uno de los Obispos del territorio que le ha sido confiado, respetando naturalmente el ejercicio de la jurisdicción que le es propia.
La función diplomática tiene por objeto promover y favorecer las relaciones entre la Santa Sede y el Estado ante el que ha sido acreditado.
En la Argentina el Nuncio desempeña a la vez, de acuerdo con la convención de Viena, la función de Decano del Cuerpo Diplomático.
La residencia del Nuncio Apostólico
Un bello palacio estilo francés ubicado en la avenida Alvear 1605, con amplia y frondosa arboleda, es la sede de la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires. La mansión fue construida en 1909 sobre un proyecto del arquitecto E. Le Monier ejecutado por Tavazza y Bianchi, famosos constructores de la época.
Su dueño, J. A. Fernández Anchorena, vendió el inmueble a la señora Adelia María Harilaos de Olmos, que hizo de ella su residencia. Allí se alojó, huésped de la que sería marquesa pontificia, el cardenal Eugenio Pacelli, Secretario de Estado de Pío XI y su legado al XXXII Congreso Eucarístico Internacional celebrado en la capital argentina en 1934, quien en 1939 ascendería al solio pontificio con el nombre de Pío XII.
Por disposición testamentaria de su dueña, el edificio pasó al morir a poder de la Santa Sede que le dio el destino que hoy posee.+
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