Mons. Mestre: “El amor verdadero se expresa en la imagen de la cruz”

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): El “Amor a Dios”, el “Amor al prójimo” y la “Inseparabilidad del amor a Dios y al prójimo”, fueron los tres ejes en los que monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, basó su reflexión para este domingo 4 de noviembre. “El amor verdadero se expresa en la imagen de la cruz: con un travesaño vertical que mira a Dios y con un madero horizontal que se orienta al prójimo”, expresó el prelado.
Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, comenzó su reflexión para este domingo 4 de noviembre, recordando cuando, en tiempos de Jesús, los judíos habían impartido 613 preceptos. Es por eso que sobreviene la pregunta sobre “el mandamiento principal” y Jesús coloca al amor por sobre todas las cosas: a Dios, al prójimo, y la “inseparabilidad” de estos dos.

Amor a ‘Dios’
Este mandamiento “es más que un sentimiento”, definió el obispo marplatense. “Es una respuesta a Dios”, al que nos amó primero, “ante tanto amor de entrega y rescate la única respuesta posible es el amor”, describió el prelado. Explicó que “nuestro corazón, alma, espíritu y fuerzas deben estar concentradas en Dios que nos ama infinita e incondicionalmente”. El “examen o discernimiento” se evalúa sobre cómo estamos amando a Dios, enseñó. Y, en este sentido, invitó a revisar la vida espiritual y el camino de oración personal y comunitaria.

Amor al ‘prójimo’
Este amor “es más que una emoción”, aclaró el prelado. “Es más que un discurso, es más que palabras ‘bonitas y dulces’. El amor al prójimo representa lo más genuino de nuestra vocación bautismal”, sostuvo. De este modo, el bautismo nos hace “otros Cristos en el mundo”, invitándonos a “llevar el amor de Dios, ser el mismo amor de Cristo para nuestros hermanos”. Aunque reconoció que “amar al prójimo muchas veces no es fácil”, porque “el amor implica el perdón, entrar en un camino de reconciliación y renovación de los vínculos”. Admitió que “necesitamos una vez más de la gracia de Dios” que nos capacita para amar en serio al prójimo, “en todo momento y circunstancia”.

‘Inseparabilidad’ del amor a Dios y al prójimo
En el último punto, el obispo marplatense definió a la afirmación de Jesús como “categórica” y “definitiva”: “No se puede separar el amor a Dios del amor al prójimo”. Ambos amores “se reclaman recíprocamente”, “el amor auténtico: mira a Dios y al prójimo de forma inseparable”, aseguró. Aunque monseñor Mestre admitió que “gracias a Dios, hemos superado bastante la tentación de separar estas dos vertientes del único amor”, alentó a siempre “examinarse” sobre este tema. “Es posible que, por motivos diversos, sucumbamos a la tentación de afirmar más una dimensión que otra”. Al concluir, explicó que “el amor verdadero se expresa en la imagen de la cruz: con un travesaño vertical que mira a Dios y con un madero horizontal que se orienta al prójimo”. +

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