Mons. Han Lim Moon: ¿Alguien puede vivir sin amar?

Mons. Han Lim Moon: ¿Alguien puede vivir sin amar?

San Martín (Buenos Aires) (AICA): “¡Todos necesitamos amar!”, exclamó monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, al comenzar su homilía para el quinto domingo de Pascua, 19 de mayo, “pero no siempre lo hacemos bien”, lamentó, “a veces no amamos a alguien sino algo; otras veces ‘amamos’ a los demás por interés, es decir, para nuestro provecho”.
En su homilía para el quinto domingo de Pascua, 19 de mayo, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, expresó: “¡Todos necesitamos amar! Pero no siempre lo hacemos bien”, lamentó, “a veces no amamos a alguien sino algo; otras veces ‘amamos’ a los demás por interés, es decir, para nuestro provecho”.

En el Evangelio según San Juan, en el capítulo 13, Jesús pide “amar como Él ama”, lo cual significa, según explicó el prelado de San Martín, “amar a otro favoreciendo su vida, su crecimiento y su felicidad en todas sus dimensiones: el cuerpo, afecto, inteligencia, voluntad y espíritu”.

“En esta búsqueda de la felicidad del otro, el que ama brinda lo mejor de sí: tiempo, talentos, lo material, afecto, vida, finalmente, se brinda a sí mismo. Es decir, comienza a dar lo que tiene hasta darse a sí mismo”, mencionó. Y aunque pueda significar para quien ama “sacrificio, renuncia, sufrimiento”; sin embargo, “lo hará feliz porque encuentra su felicidad en la felicidad del otro”, agregó.

Monseñor Moon subrayó que hay que amar “concretamente”, de forma “original”, porque “cada persona es única”. Incluso recomendó “no solo amar a algunas personas, sino a todas hasta los enemigos porque el amor es incluyente y no excluyente”.

Luego describió al amor como aquel que “por su esencia, pide ser duradero; no por un tiempo, sino durante toda la vida, inclusive eternamente”. El secreto para poder amar “al modo Jesús”, es “tener a Jesús, la fuente del amor, en nuestro corazón. Él vino a este mundo para dejarse poseer por nosotros”.

Las dos condiciones que necesita el Señor son: “invitarlo sinceramente a que entre en nuestro corazón”, y, en segundo lugar, “ofrecernos libremente por amor para dejarnos poseer por Jesús”. “De esta manera, por la fuerza de su presencia en nuestro corazón, podemos amar a todos como Él nos pide”, explicó.

Finalmente, recomendó la comunión, como el momento de “máxima unión con Jesús en cuerpo, alma y corazón”, para dejar a Jesús “actuar en nosotros y a través de nosotros. Así, tu vida encontrará su plenitud con este amor humano y divino”.+

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