“En nuestra Patria y provincia (de Misiones) también hay cristianos que padecen por ser testigos del Cristo Pascual”, advirtió en su columna semanal, y agregó: “Pero uno de los desafíos más exigentes para la evangelización en nuestro tiempo sigue siendo el secularismo”.
“Ante este desafío del secularismo es indispensable acentuar la necesidad que tenemos los cristianos de profundizar en la fe y la experiencia del encuentro pascual, con Cristo muerto y resucitado”, sostuvo.
El prelado explicó que “para entender el problema del secularismo, será indispensable distinguir entre la legítima secularización y el secularismo que nos enseña el Concilio Vaticano II”.
“La legítima secularización implica la necesaria autonomía de las realidades temporales. Autonomía de las leyes naturales y la libertad con que Dios nos ha creado. Podemos poner un ejemplo para tener más claro esto. En general cuando tenemos una enfermedad recurrimos a un médico y tomamos una medicación adecuada e indicada por la ciencia. Dios puede obrar un milagro y sanarnos, pero no es lo habitual y nosotros no podemos manejar la voluntad de Dios”, puntualizó.
“Es importante señalar que para los católicos es fundamental respetar esta justa secularización, ya que hay muchos que engañan con supuestas sanaciones y milagros que tienen que ver más con formas de proselitismo religioso y superstición, que con la Evangelización que nos encomendó el Señor”, añadió.
Monseñor Martínez indicó que “distinta a esta justa secularización, es el secularismo que desconoce a Dios, lo omite, ni siquiera lo discute” y citó un párrafo de las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización: “El olvido de Dios, fundamento último de todo valor ético, conlleva el riesgo de alimentar en los hombres la autosuficiencia y absolutizar el poder, el dinero, la razón, la mera eficacia o el Estado mismo”.
Creo que en América Latina y en especial en nuestra provincia el secularismo tiene otras variantes a la de algunos países europeos donde en general se presenta como una omisión total de Dios. Entre nosotros el secularismo convive con distintas formas de religiosidad. En muchos casos se le pone el nombre de fe cristiana porque asumen algunos aspectos rituales de la misma, pero está más próxima a una religiosidad pagana, que a la fe cristiana y a las exigencias que esta implica”, alertó.
“Esta religiosidad se manifiesta creyente, cumple con algunas formas rituales o tradiciones culturales, pero no lleva ningún compromiso con la vida cotidiana, ni tiene en cuenta las exigencias de la Palabra de Dios, del magisterio, ni la dimensión ética en lo familiar o en lo social. Aquí se da una mezcla entre religiosidad y secularismo. Por un lado, se manifiestan creyentes en Dios, pero en la práctica lo marginan de la vida cotidiana, no se cuestionan las injusticias que puede causar su obrar, el daño que provoca manipular la verdad, cobrar una coima o malversar fondos”, diferenció.
Por último, monseñor Martínez expresó: “Estas formas de religiosidad con una profunda ruptura entre fe y vida, y el secularismo, son desafíos para la acción evangelizadora de la Iglesia y se diferencian de la fe en Jesucristo resucitado y las implicancias de dicha fe en la vida cotidiana, en la familia, el trabajo, en la búsqueda de la justicia y la paz”.+
Publicar un comentario