El mismo jueves, fue recibido por la comunidad en la parroquia San Efrén (Tronador 1067, barrio porteño de Villa Ortúzar).
En la catedral metropolitana, el patriarca Efrén mantuvo un encuentro con el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli. La bienvenida estuvo a cargo del director general de Cultos porteño, Federico Pugliese.
En ese mismo templo siriano de San Efrén, el patriarca presidió el sábado la celebración de vísperas e inauguró una placa en memoria de los mártires sirianos.
El domingo 16, a las 10, Su Santidad Ignacio Efrén presidirá la misa en la catedral San Pedro (calle 48 Nº 1072, de la ciudad de La Plata) y luego bendecirá e inaugurará un monumento en la Plaza Moreno en memoria de los mártires.
El domingo 16 por la mañana, el patriarca siriano viajó a La Plata, donde esta antigua Iglesia cristiana tiene su arzobispado.
En la capital bonaerense, mantuvo también un encuentro con el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández.
El prelado platense asistió a la Eucaristía en el templo San Pedro, y luego se dirigió a la Municipalidad de La Plata con el patriarca y el arzobispo siriano local, Mons. Crisóstomo.
Allí se bendijo un mármol recordatorio del genocidio sirio perpetrado en 1915, que será colocado durante los próximos días en la intersección de las calles 51 y 14, en línea con el monolito ubicado en 53 y 14, que rememora el genocidio armenio, junto a la catedral platense.
Mons. Fernández agradeció al patriarca por su constante compromiso de visibilizar el martirio que sufren actualmente muchos cristianos por su fe y seguidamente se dirigieron a la catedral platense, donde oraron juntos.
La Iglesia Siriana Ortodoxa celebra su liturgia en arameo, el idioma que hablaba Jesucristo y ante los problemas terribles suscitados por la guerra y la persecución a cristianos en el Medio Oriente comparte el ecumenismo del martirio con católicos, ortodoxos y otros fieles cristianos.
Separada de la Iglesia de Roma tras el Concilio de Calcedonia (451), la Iglesia Siriana mantiene una relación que se estrechó en los últimos años con las visitas de sus patriarcas al Vaticano y con la comunión en el “ecumenismo de sangre”, por compartir la persecución y el martirio en un ambiente hostil.
Más información: www.isoa.com.ar.+
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