Una ministra alemana, contracorriente: Madre de 7 hijos y defensora de valores cristianos

Una ministra alemana, contracorriente: Madre de 7 hijos y defensora de valores cristianos


Ursula Von der Leyen es madre de 7 hijos y además de ministra de Trabajo y Asuntos Sociales en Alemania. En un informe realizado por el portal Religión en Libertad (ReL), la funcionaria produjo “una revolución” en la política alemana y europea por su lucha y defensa de la familia y los valores cristianos.

La publicación asegura además que le “hace sombra a la poderosa” Angela Merkel y hasta su nombre sonó para presidenta del país o futura canciller.


En la nota se destaca que es una mujer de convicciones religiosas fuertes e inculca la importancia de rezar con los hijos y reconoce que ser madre de una familia numerosa es como “dirigir una pyme”.


Reproducimos la nota en ReL

Está revolucionando la política alemana. Hace sombra a la poderosa Angela Merkel y hasta su nombre ha sonado para presidenta del país o futura canciller. Es el caso de Úrsula Von der Leyen, una política atípica que está rompiendo moldes en Europa. Precisamente ahora es ministra de Trabajo y Asuntos Sociales en Alemania y en España es conocida por haber venido a ofrecer empleo a 5.000 jóvenes españoles.


Esta alemana de 55 años es algo más que política. Los alemanes la llaman “la madre de la nación” pues tiene siete hijos. Durante sus años en la política se ha empeñado en demostrar la grandeza de los hijos, las enormes ventajas de los niños en la sociedad y ha luchado por abrir camino a las familias que quieren tener hijos en una Europa con una histórica crisis demográfica.


La importancia de rezar con sus hijos

Von der Leyen es además una mujer de fuertes convicciones religiosas. Es cristiana y practicante. Cuenta orgullosa lo importante que es desayunar todos los días con sus hijos y rezar con ellos antes de acudir a sus obligaciones en el Ministerio. Del mismo modo hace lo mismo por las noches antes de que sus hijos vayan a dormir.


Es una de las principales valedoras en recuperar y poner en valor en Europa los valores cristianos que han forjado el continente siglos atrás. La familia juega aquí un papel esencial. Lo sabe. Y no le importa liderar esta revolución familiar. No es de extrañar, por tanto, que las feministas radicales la tengan en su punto de mira y esté siempre en la diana de sus críticas e insultos. “¡Esa mujer!”. Así se refieren a ella con desdén las feministas. Sin embargo, ella les replica que Alemania y Europa irían mejor con más mujeres como ella, es decir, madres.


Luchadora por la familia

Desde 2009 es ministra de Trabajo pero su incansable lucha por la familia viene de atrás pues previamente, de 2005 a 2009, fue ministra de Familia, Mujer y Juventud. Desde ese puesto legisló a favor de este colectivo y ayudó a que las familias puedan conciliar mejor el cuidado de los hijos y el trabajo. Algo básico hoy en día.


Úrsula ha mostrado también al mundo la falacia de que no se puede ser madre y progresar profesionalmente, sin tener que por ello renunciar a tener familia. Estudió Ciencias Económicas y más tarde se doctoró en Medicina llegando a dedicarse a la investigación. Más tarde se trasladó a Estados Unidos debido a compromisos laborales de su marido. Allí se dedicó a cuidar de sus hijos y a la investigación y vio la importancia de ayudar a la familia. A partir de ahí entró en la Democracia Cristiana alemana y comenzó su meteórica carrera política.


Su carrera contracorriente

Al llegar al Gobierno de Merkel fue consciente de que sus cinco compañeras del Ejecutivo, incluida Merkel, habían renunciado a la maternidad para dedicarse a la política. Ella era el bicho raro y lamenta que en su país “tener siete hijos esté mal visto, se considera casi una provocación”.


Como ministra de Familia preparó una mini-revolución que fue hasta mal vista por su propio partido aunque ella siguió adelante. Propuso guarderías gratuitas y ayudas a los padres para el cuidado de sus hijos así como el permiso para que los padres pudiesen quedarse en casa cuidando de los niños. Pese a las críticas ella hablaba de sus experiencias familiares y cómo había podido conciliar trabajo y familia. “Me han llegado a preguntar si quiero encerrar a los padres a latigazos y eso demuestra el desprecio hacia todo lo que tenga que ver con el cuidado de los niños”.


La familia, cuna de valores

En una entrevista en ABC cuando aún era ministra de Familia, Von der Leyen aseguraba que “no soy una superwoman, donde estoy es el resultado de un largo camino de altibajos y decisiones con mi marido, y también de algunos errores”.


“La familia recobra su importancia, no sólo como factor de equilibrio, sino como herramienta para transmitir directamente unos valores, una interioridad y una trascendencia. Además, comprobamos que sin niños un país no puede seguir existiendo, por razones económicas y también emocionales”, afirmaba.


“Los niños no significan pobreza”

En este sentido, agregaba que “estamos en una situación muy crítica, sobre todo psicológicamente. Hay que volver a hablar del pan que los niños traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza creadora, seguridad futura…que los niños no significan pobreza, sino perspectiva”.


Del mismo modo, Úrsula Von der Leyen afirma que hay que recuperar los valores de siempre, no existen los nuevos. “La familia, la responsabilidad por el otro, valores cristianos que deben ser traducidos a otros tiempos. La familia no puede pervivir mirando a lo que fue, su economía y la de todos es ya global y la mujer es hoy muy importante. Pero siguen importando que haya niños en las calles, la solidaridad generacional, la buena educación, la subsidiaridad, y hay que preguntarse cómo mantenerlas en un mundo moderno”.


“Tener cuatro hijos es dirigir una pyme”

En su opinión, la familia “recupera importancia frente a la globalización. La familia es donde se aprende la responsabilidad entre hijos y padres, los valores que queremos para mañana. La educación hoy es transfronteriza, pero igual necesita límites, pues de mayor uno encontrará reglas. Los niños siguen necesitando tiempo, y ejemplo: y deben conocer valor del esfuerzo para el éxito”.


A pesar de ello ve cambios en el mundo actual. Hay ya empresas que prefieren a personal con familia que a solteros. La ministra responde que es algo normal pues “son las cabezas más flexibles, rápidas y maduras emocionalmente. Piense que tener cuatro hijos es ya dirigir una pyme”.


Igualmente, cuenta su experiencia personal en Estados Unidos cuando se trasladó allí con su marido. “Cuando me presentaba a trabajos en Estados Unidos siempre me preguntaban qué hacía además del trabajo, si criaba niños o colaboraba con alguna asociación. ¡Me han dado puestos por tener hijos…En Europa me los darían por no tenerlos!”+



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