Mons. Castagna: “Las periferias existenciales necesitan y claman por Cristo”

Corrientes (AICA): “El mundo necesita a Cristo, clama silenciosamente por Él, desde las ‘periferias existenciales’ más distantes. El mismo Señor insiste en identificarse ante quienes, sin buscarlo, lo necesitan. Cuanto mayores son las distancias existenciales más dramático es el clamor”, aseguró en su sugerencia para la homilía el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna.
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, aseguró que en el mundo hay “una urgencia angustiosa de ser evangelizado, según lo expresó el Beato Papa Pablo VI en 1975. La Iglesia, en las inspiradas expresiones del actual pontífice Francisco, no debe dejar lugar sin cubrir con su presencia evangelizadora”.

“El mundo necesita a Cristo, clama silenciosamente por Él, desde las ‘periferias existenciales’ más distantes. El mismo Señor insiste en identificarse ante quienes, sin buscarlo, lo necesitan”, subrayó.

“Cuanto mayores son las distancias existenciales más dramático es el clamor. No disimula las exigencias de la voluntad de su Padre y nuestro. De esa manera atrae persecuciones de toda índole”, advirtió.

Monseñor Castagna sostuvo que “allí se producen las más saludables confrontaciones entre el bien y el mal, la verdad y el error, el amor fraterno y la violencia demencial. Sólo la gracia del Cristo hace posible el cambio en las relaciones entre los ciudadanos”.

Texto de la sugerencia

1.- La frustración del hombre que se acobarda. La no exacta valoración de los bienes materiales, convirtiéndolos en falsos ídolos, insensibiliza los espíritus más elevados y selectos. Aquel hombre, presuntamente joven, siente el impulso de definir su vida por un sendero de rectitud y perfección. Al ver y escuchar al Maestro se entusiasma y advierte que en Él puede hallar la respuesta adecuada. De allí el diálogo. El mismo Jesús lo mira con simpatía. Advierte que en ese hombre hay madera de apóstol, como la halló en Pedro, Juan y Santiago. En éste la prueba sería mayor, pero su perspectiva como discípulo alcanzaría dimensiones inimaginadas. Aquellos debieron desprenderse de la empresa pesquera familiar, en éste son "muchos bienes" propios y el desapego será más doloroso. Desde su juventud - imagino que desde su infancia - había aprendido a observar los mandamientos de Dios, pero, los muchos bienes lo habían seducido, de manera imperceptible, hasta apoderarse de su vida. Quizás no lo entendió hasta el encuentro con el Maestro y la invitación a seguirlo despojándose de ellos. En el seguimiento del Señor "en pobreza", hallará la perfección que anhela: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". (Marcos 10, 21).

2.- La idolatría del dinero. Aquel hombre desea concretar el ideal que Jesús despliega ante sus ojos, pero, se acobarda a causa de la condición que le impone: "Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes". (Marcos 10, 22). El desafío es demasiado para una voluntad debilitada por la comodidad y seducida por el poder que confieren los "muchos bienes". La radicalidad de las exigencias del Maestro no admite concesiones que mitiguen la dureza del desprendimiento de valores relativos, constituidos - hasta entonces - en absolutos. No hay vuelta de hoja en la vida, siendo como el expediente único. Para aquel hombre, la perfección que busca consiste en un cambio de rumbo de 180 grados. Ello incluye necesariamente distribuir sus cuantiosos bienes entre los necesitados y, en absoluta pobreza, seguir a Jesús. La acumulación de bienes materiales es una idolatría. Son como un demonio que ocupa el corazón vacío, arrastra a otros demonios peores que él para invadir el ser así disponible. El apego a los bienes relativos apartan de Dios, hasta conformar un ateísmo práctico. ¡Qué común es este fenómeno! El Señor expresa su inquietud ante el apego idolátrico de los ricos a los "muchos bienes". De allí saca una conclusión dolorosa: "Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: 'Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!!' ... "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible". (Marcos 10, 23 y 27). Aquel hombre es distinguido con una invitación, con la que los Apóstoles habían sido llamados. Existen otras formas de desprendimiento que incluyen una recta administración de los bienes en favor del pueblo, especialmente de los más pobres.

3.-La satisfacción de los sentidos vs. la felicidad. La mezquindad de los acaparadores de los bienes destinados a ser compartidos, además de conformar una sutil injusticia, enferma los corazones de los así enriquecidos y los destina a un triste estado de esclavitud. La vida se aferra a ellos y los constituyen en sanguijuelas voraces que la destruyen inexorablemente. Habrá ricos satisfechos pero no felices. El llamado "joven rico" es un ser entristecido por causa de sus muchos bienes - "se fue apenado porque poseía muchos bienes" - al comprobar su incapacidad de ser feliz en el seguimiento de Jesucristo. La mente deformada por lo superfluo, poblada de locas baratijas, considera horrorizada la propuesta de Jesús a aquel hombre, deseoso de recorrer el sendero que lo conduzca a la perfección. El deseo no es suficiente; los muchos bienes lo paralizan y le inspiran desistir de la inquietud espiritual que lo acerca a preguntar qué debe hacer para lograr la Vida eterna o la auténtica felicidad. Muchas personas buscan ansiosamente ese sendero y lo equivocan internándose por caminos alternos que conducen al mismo precipicio. Existe un sólo Camino, Jesucristo, y se lo transita únicamente con espíritu pronto y humilde.

4.- Cristo en las periferias existenciales. El Evangelio cobra actualidad ante las agobiantes necesidades de la sociedad. Jesús no puede ser negado como Redentor. Se produce, en el mundo, una urgencia angustiosa de ser evangelizado, según lo expresó el Beato Papa Pablo VI en el año 1975. La Iglesia, en las inspiradas expresiones del actual Pontífice Francisco, no debe dejar lugar sin cubrir con su presencia evangelizadora. El mundo necesita a Cristo, clama silenciosamente por Él, desde las "periferias existenciales" más distantes. El mismo Señor insiste en identificarse ante quienes, sin buscarlo, lo necesitan. Cuanto mayores son las distancias existenciales más dramático es el clamor. No disimula las exigencias de la voluntad de su Padre y nuestro. De esa manera atrae persecuciones de toda índole. Allí se producen las más saludables confrontaciones entre el bien y el mal, la verdad y el error, el amor fraterno y la violencia demencial. Sólo la gracia del Cristo hace posible el cambio en las relaciones entre los ciudadanos.+

This entry passed through the Full-Text RSS service - if this is your content and you're reading it on someone else's site, please read the FAQ at fivefilters.org/content-only/faq.php#publishers.

Etiquetas:

Publicar un comentario

[facebook][blogger][disqus]

Diocesis de Celaya

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets