Mons. Puiggari llamó a no cansarse de predicar el Evangelio de la Vida y la Familia

Mons. Puiggari llamó a no cansarse de predicar el Evangelio de la Vida y la Familia

Paraná (Ente Ríos) (AICA): “Debemos unirnos, entonces en la oración y en el desafío de multiplicar gestos, actitudes, acciones que manifiesten el compromiso ante la vida humana”, pidió monseñor Juan Alberto Puiggari al presidir la misa y procesión en honor de Nuestra Señora del Rosario, fundadora y patrona de la ciudad y la arquidiócesis de Paraná. El prelado hizo también un llamado a no cansarse de predicar el Evangelio de la Vida y la Familia. También pidió rezar por los frutos del Sínodo de los Obispos que preside el papa Francisco.
Numerosos fieles participaron de las fiestas en honor de Nuestra Señora del Rosario, fundadora y patrona de la ciudad y la arquidiócesis de Paraná, en la que el arzobispo local, monseñor Juan Alberto Puiggari, llamó a un mayor compromiso ante la vida humana y pidió rezar “fuertemente” para que el Espíritu Santo ilumine al papa Francisco y los participantes del Sínodo sobre la Familia.

Tras la procesión por las calles céntricas de la capital entrerriana, el prelado presidió la misa desde el altar montado en el atrio de la catedral local.

Monseñor Puiggari destacó que la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario está vinculada desde sus orígenes a la historia religiosa, política y social de la ciudad, por eso se la reconoce como “nuestra Madre, Patrona y Fundadora".

"Reconocer nuestro origen es asegurar nuestro futuro, profundizar sus raíces es garantizar el crecimiento de nuestro pueblo que ponga al hombre en el centro porque reconoce a Dios como a su Señor", aseguró.

"Como María, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación en este camino al Bicentenario. Como María, queremos ser una Iglesia comprometida con la vida, desde su concepción hasta la muerte natural. Con la cultura, con nuestros hermanos que sufren cualquier tipo de necesidad", puntualizó.

El prelado subrayó la importancia del rezo del Rosario, al afirmar que por medio de esa oración “descubrimos que hay un oasis siempre a mano para restaurar el alma y retomar el camino de las cumbres. Queremos aprender a orar y enseñar a orar. Convencidos que es el comienzo de toda transformación”.

“Debemos unirnos, entonces en la oración y en el desafío de multiplicar gestos, actitudes, acciones que manifiesten el compromiso ante la vida humana. El rostro humano que podemos percibir en el seno de una madre, nos piden acoger el don y cuidarlo. El rostro humano de cada niño y, en especial, de aquellos que son explotados, abandonados, sumidos en extrema pobreza, nos interpelan a acoger y cuidar el don”, sostuvo.

“El rostro humano en los jóvenes que en la desesperación han llegado al alcohol o a la droga, que sufren la orfandad de adultos que los guíen y eduquen para descubrir el sentido de sus vidas nos interpelan a acoger y cuidar el don. El rostro humano de cada anciano y de cada enfermo; el rostro humano de cada hombre y cada mujer, en toda situación y en especial en aquellos contextos en que hacen peligrar su dignidad nos interpelan a acoger y cuidar el don maravilloso de la vida humana. No nos cansemos de predicar el Evangelio de la Vida”, agregó.

Por último, monseñor Puiggari insistió en su llamado a “rezar y vivir la familia” y a no cansarse de predicar el “Evangelio de la familia”.+
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