El pontífice recordó, sobre la base del evangelio de San Lucas que relata el bautismo de Jesús en el río Jordán, que “Jesús es consagrado y manifestado por el Padre como Mesías salvador”.
"Jesús es bautizado en el Espíritu Santo y en el fuego", agregó y subrayó que en el bautismo cristiano el Espíritu Santo es "el artífice principal porque es Él que quema y destruye el pecado original".
Tras afirmar que esta “realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús” y de reproducir en nosotros mismos su mansedumbre, humildad y ternura, señaló que esta tarea “no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay tanta intolerancia, soberbia, dureza”.
No obstante, destacó que con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo, la vida empuja "hacia el camino laborioso y alegre de la caridad y la solidaridad hacia nuestros hermanos" y sostuvo: "Es posible".
Por último, Francisco invitó a los fieles a que encuentren la fecha de su propio bautismo para poder celebrarlo dignamente y deseó que "la Virgen María, primera discípula de su Hijo Jesús, nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo”.+
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