En el arzobispado de Montevideo, en una sesión a sala llena y con gran presencia de descendientes del médico, se constituyó formalmente el tribunal diocesano, presidido por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Fernando Sturla SDB, que trabajará en el caso. Sus miembros tendrán que evaluar -mediante testimonios y pruebas documentales- si efectivamente García Pintos vivió las virtudes en grado sumo.
El promotor, Gerardo García Pintos, leyó extractos de la carta en la que pide a la arquidiócesis la apertura del proceso: “Desde su muerte, la vida de Salvador García Pintos fue un ejemplo, no solo para su numerosa descendencia, sino también para las 2.273 personas que se han adherido a esta petición de presentación de la causa.
Su página en Facebook, creada hace menos de un año, ya fue visitada por unas 50.000 personas. Cada vez más nos llegan noticias de personas que hablan de su intercesión y hay casos escritos que dan testimonio de su santidad”.
El delegado del obispo y presidente del tribunal es el padre Álvaro Pacheco SJ, nieto y bisnieto de grandes amigos de García Pintos. No pudo estar presente por compromisos fuera del país, pero envió una carta en la que invitó a “que su testimonio pueda servir de ejemplo a laicos y laicas del Uruguay de hoy”. En ese tribunal están también el padre Gonzalo Estévez como promotor de Justicia, Joaquín Langwagen como notario actuario y Guillermo García Pintos como notario adjunto.
La comisión de peritos en historia y archivística está integrada por Pedro Gaudiano, Ricardo Pou y Alejandro Sánchez, quienes tendrán que recoger pruebas documentales de las virtudes del Siervo de Dios.
“El hecho de iniciar la causa nos pone en otra dimensión de la santidad en nuestro país”, destacó el cardenal Sturla, quien describió describió al médico como “un puntal en la defensa de la vida humana desde su concepción”, en alusión a su papel como parte de la oposición parlamentaria a la legalización del aborto en los años 30, -que gracias a su trabajo volvió a ser considerado delito-, y que una de sus características es ser político candidato a los altares”, señaló, y a modo de ejemplo mencionó a tres grandes políticos del siglo XX en proceso de canonización: Alcide de Gasperi, Robert Schuman y Giorgio La Pira.
García Pintos tuvo siete hijos, dos de los cuales todavía viven. Una de ellas, Marta, habló ante los presentes, generando gran emoción en ella misma y en quienes la escuchaban. “Nunca imaginé que me tocaría vivir algo así”, comenzó diciendo. Y agregó: “El Papa define las bienaventuranzas como 'el documento de identidad de los cristianos'. Yo he visto cómo mi padre las vivía y cómo practicaba el amor al prójimo descrito en el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo”.
Después recitó un poema de Amado Nervo, “Tú”. Le gustaba mucho a su padre y se lo había enseñado. Todos la escucharon en silencio, muchos de ellos filmando con sus teléfonos celulares.
La estampa con la oración a Dios con la mediación de García Pintos agrega esta descripción: “Hizo de sus actos una oración continua. Defendió la vida humana desde su concepción. Al enfermo le procuró salud, pero también alegría y consuelo; y a sus conciudadanos soluciones de justicia”.
Al final de la fase diocesana, que puede durar varios años, se enviará un extenso informe con la documentación pertinente al Vaticano donde continuará el proceso que, si culmina con éxito, supondrá la declaración de “venerable”. Será necesario confirmar un milagro por su intercesión para ser declarado beato y, posteriormente, un segundo para su declaración como santo.
La causa del uruguayo García Pintos se une a las de sus compatriotas Consuelo y Dolores Aguiar Mella, beatas mártires de la guerra civil española; a la del Venerable obispo Jacinto Vera; a la de los Siervos de Dios Walter Chango e Isidro Alonso (Padre Cacho); y a la de la beata Francesca Rubatto, fundadora de las Hermanas Capuchinas, nacida en Carmagnola, cerca de Turín, Italia y fallecida en Montevideo.
Breve biografía
El siervo de Dios Salvador García Pintos nació en Montevideo el 27 de agosto de 1891. Quedó huérfano de madre a los 8 años, y de padre a los 11. Fue recibido como interno en los Talleres Don Bosco e ingresó al seminario, pues pensaba que su vocación sería el sacerdocio. Estudió Filosofía y Teología en Europa, pero ese no era su camino.
En Uruguay se doctoró en Medicina y se casó con María Esther Baracco, con quien tuvo siete hijos. Fue docente y médico, dirigente y presidente del Círculo Católico de Obreros del Uruguay. Presidió la Unión Católica de Acción Social del Uruguay y la Asociación de Profesionales Católicos.
Cuando se liberalizó el aborto en 1934 protagonizó una ingente campaña en su contra, con el resultado de que se volviera a tipificar como delito en 1937. Escribió en distintos periódicos del país y se involucró en política, siendo elegido diputado durante tres períodos por la Unión Cívica. Junto a otros socios adquirió la radio Jackson, llamada luego Sarandí, primera radio católica del país.
Quienes lo conocieron atestiguan que vivió de manera heroica y atribuyen a su intercesión el haber recibido gracias o favores. Consideran que su vida es un ejemplo que puede ser imitado por los demás, y por eso proponen que la Iglesia lo declare santo. Se ruega a quienes reciben favores a él atribuidos que lo comuniquen a la causa de canonización: postulacionsgarciapintos@gmail.com .
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