La celebración eucarística de ordenación diaconal, a la que asistieron numerosos capellanes castrenses, religiosas y fieles, entre los cuales muchos miembros de su numerosa familia, tuvo lugar en la catedral castrense Stella Maris, a las 11 del sábado 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de Santa María Virgen.
Con el obispo concelebraron el vicario general castrense, monseñor Gustavo Acuña; el canciller castrense, presbítero Francisco María Rostom Maderna; el capellán Mayor de la Armada Argentina, presbítero Eduardo Alberto Castellanos; el capellán mayor de la Gendarmería Argentina, presbítero Jorge Albero Massut; el capellán mayor del Ejército Argentino, presbítero Aberto Edgardo Barda; el capellán mayor de la Fuerza Aérea Argentina, presbítero César Lionel Tauro; el capellán mayor de la Prefectura Naval Argentina, presbítero Diego Julio Tibaldo; el rector de la catedral castrense Stella Maris, presbítero Diego Pereyra; y el rector del seminario Santo Cura de Ars, de Mercedes, monseñor Carlos Darío Kling.
Tras dedicar la primera parte de su homilía a la fiesta de la Natividad de la Virgen María, monseñor Olivera manifestó que era "un día de fiesta para la Iglesia diocesana, y agregó: "Para mí también es un día especial, ya que ordeno a mi primer diácono de esta querida Iglesia Castrense. Hoy Santiago se incardina en nuestra diócesis. No es sólo un vínculo jurídico, es más que eso. Es tomar a esta Iglesia como vínculo fuerte que vive el carisma y el servicio a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Que se compromete en esta peculiaridad de vida a acompañar a cada miembro de las fuerzas y de sus familias. A ayudarlos a vivir más y mejor el Evangelio de Jesús".
"Querido Santiago -le dijo en otro momento-, vas a poder bautizar, ser testigo calificado de la Iglesia para asistir los matrimonios, podrás bendecir y presidir las exequias, sostener y acompañar a los más pobres. Nunca olvides que el origen tiene que ver con saber ver y escuchar las necesidades de los más pobre, buena pregunta debemos hacernos nosotros junto con vos, que no perdemos nuestro ser diaconal, ¿cuáles son los más pobres por los que debo entregar mi vida, sostener y acompañar? Pero no olvides que más allá de lo que hagas, estás llamado a ser signo de Cristo Servidor, tu presencia nos deberá recordar que Jesús no vino a ser servido sino a Servir", concluyó.
Monseñor Olivera dispuso que el futuro diácono ejerza su ministerio diaconal como cooperador en la parroquia San Miguel Arcángel, de El Palomar.+
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