Mons. Ojea reflexiona sobre el Año de la Vida Consagrada
San Isidro (Buenos Aires) (AICA): El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, compartió una reflexión con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que se celebra en Roma hoy lunes 2 de febrero, y que tiene especial relevancia en este tiempo pastoral convocado por el Papa para reflexionar sobre estas vocaciones en la Iglesia, en el Año de la Vida Consagrada.
Al destacar el lema del Año de la Vida Consagrada, “Evangelio, profecía y esperanza”, el obispo expresó: “El evangelio es alegría, es la comunicación de una alegría, una alegría que para ser profundamente cristiana brota de la cruz, de la sabiduría y de la experiencia del dolor”.
“Es profecía porque adelanta el Reino –señaló el obispo-. Siempre la vida religiosa va un poquito más adelante. La entrega total al evangelio en la vida consagrada hace que esta profecía pueda ser vista por tantos hermanos: es posible el Reino, se puede vivir el Reino. Se puede vivir la entrega total, se puede vivir la comunidad, se puede vivir un enamoramiento absoluto por el evangelio. Esta es la profecía”.
Monseñor Ojea también señaló que la vida consagrada trae esperanza a la Iglesia. “Es la que va a motivar a tantas generaciones de laicos, hermanos nuestros que tienen que llevar adelante la vida de la Iglesia. Pero para esto se necesita también la entrega total y absoluta desde la consagración para que de esperanza. Para que ponga un norte en la transmisión del evangelio”, aseguró.
“Que la vida consagrada, de la cual somos testigos nosotros de su andar, rejuvenezca por esos entusiasmos de tantos jóvenes por seguir de un modo radical el evangelio; que nos entusiasme a nosotros para vivir la alegría de transmitirlo. Tengo muchas esperanzas en este año. Vamos a pedirle oraciones a todos los consagrados, oraciones especiales y nosotros vamos a rezar especialmente por ellos en este año”, concluyó el obispo.
Jornada de la Vida Consagrada en la Argentina. El 2 de febrero se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En la Argentina, debido a que la celebración coincide con la época del receso estival, la Conferencia Episcopal dispuso que esta jornada se celebra en coincidencia con la Natividad de la Virgen María, que este año cae 8 de septiembre.+
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