Guerra y pobreza impidieron a los jóvenes sirios participar en la JMJ de Panamá
El arzobispo maronita admitió que “razones burocráticas, costos demasiados elevados y la difundida pobreza, fruto de más de 7 años de guerra”, son los principales motivos que impidieron a los jóvenes sirios participar en primera persona en tan importante acontecimiento eclesial.
“La mayor parte de los jóvenes sirios –explicó monseñor Nassar a AsiaNews, escaparon del país o se esconden para escapar del servicio militar”. Un reclutamiento que “dura demasiado tiempo y equivale normalmente a la muerte dentro de una guerra que ya lleva 7 años”.
“Los jóvenes disponibles, activos -confiesa el prelado- en la mayor parte de los casos no quisieran hacer otra cosa que irse”.
A esto se agregan además obstáculos de naturaleza política. “Todos los consulados, señaló el arzobispo, dejaron el país en 2012. Además, a la Iglesia misma le cuesta organizar partidas de grupo, también porque existe el riesgo que alguno aproveche para escaparse y no volver más a Siria”.
Entre los varones y las mujeres jóvenes que viven cada día una realidad que sigue siendo difícil, por las pérdidas familiares, la falta de recursos inmediatos y de perspectivas de futuro, por la falta de trabajo. Hay, añadió, “una sensación de abandono, de haber sido abandonados y relegados. “Al menos 85 naciones en el mundo participaron de algún modo en la destrucción del país”, subrayó el prelado maronita.
El 55% de los sirios no tiene nada, la situación es catastrófica y es por esto que para muchos, sobre todo entre los jóvenes, es fuerte el deseo de partir”. “Son muchos los sueños rotos -agrega monseñor Nassar- y una visa hacia un país en el cual la situación es más tranquila aparece como un ancla de salvación, una fuente de esperanza”.
A pesar de todo, Siria no quiere ser sólo guerra y destrucción y la Iglesia local busca, con todos los medios a disposición, ser una componente activa de la sociedad y trabajar en una óptica de reconstrucción y de desarrollo económico, social y pastoral.
El arzobispo señaló que la Comisión episcopal para los laicos y la familia está organizando una “mini JMJ”, para compensar la ausencia de los jóvenes sirios en Panamá. Está programada para el viernes 8 de marzo y la idea es hacer de Damasco un eco del acontecimiento de Panamá”. Una ocasión para “relanzar el objetivo de la paz” en el contexto de los actos para la “Semana de la unidad de Siria”. +
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