Mons. Torrado Mosconi animó a los periodistas a “buscar y comunicar la verdad”
“En tiempo de tanta manipulación de la realidad y la información, es cada vez más notable como una gran mayoría de personas van cayendo en una especie de desconfianza, escepticismo y desánimo. Al comunicador y periodista mismo, no se le hace fácil acceder a la realidad de los hechos ante las presiones, los intereses y las perspectivas o puntos de vistas sesgados. Y, por si fuera poco, más de un pensador afirma que no hay verdad o no se la puede conocer”, advirtió el prelado.
Ante este panorama, se preguntó qué y cómo hacer para transitar esta complejidad y superar los dilemas que se presentan a cada paso. “Un camino cierto y audaz -y ciertamente esforzado- es adentrarse en uno mismo, animarse a mirarse ‘en el espejo’ y descender hasta ‘los bajos fondos’ de la propia intimidad”, aseguró.
“Quien esto intenta una y otra vez, va aprendiendo a buscar y encontrar la realidad, va encontrándose con la verdad (¡la propia! lo cual no es poca cosa). Es como una gimnasia que lo va acostumbrando y capacitando para, no solamente conocer sino comprender la realidad exterior. La percepción de las personas, los acontecimientos, sus posibles causas, etc. se va haciendo más aguda y lúcida. Quien se ha animado a entrar en su propia alma y ha podido procesar, asumir e integrar su propia historia, está también más ágil para captar mejor la realidad que lo rodea. Entre otras cosas, porque no se deja llevar o influenciar por prejuicios, pasiones y conveniencias parciales”, continuó.
En ese sentido, afirmó que “la necesaria y apasionante tarea de buscar y comunicar la verdad comienza dentro de y con uno mismo. Esta experiencia hace posible una renovada forma de comunicación, superadora de esos callejones sin salida en los cuales ya está entrando el trabajo periodístico de nuestro tiempo”.
“El patrono inspirador y protector del periodismo católico es san Francisco de Sales, obispo francés del siglo XVI, prolífico escritor y divulgador. ‘Buen comunicador’ diríamos hoy. De carácter fuerte y apasionado, supo integrar virtuosamente razón, corazón y voluntad. Indudablemente, este ‘trabajo interior’ está en la base de su proverbial capacidad de ‘hacerse entender’, expresarse y comunicar, de la cual tuvo fama entre sus contemporáneos”, relató monseñor Torrado Mosconi.
Finalmente, pidió que “en tiempos de tantos fascinantes medios de comunicación aunque de dificultades para captar la realidad y llegar a la verdad, su ejemplo e intercesión nos sirvan de motivación y estímulo para buscar humilde, apasionada y sinceramente la realidad para, así, poder comunicar la verdad honesta, positiva y esperanzadamente”.+
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