“Cuando se acerca el tiempo de las elecciones -comenzó diciendo monseñor Aguer- se agita el cotarro de la partidocracia con alianzas que se realizan y que se rompen, adhesiones que se prometen y no se cumplen, ventilación de temas que pueden poner molesto al adversario. Se habla sobre todo de temas económicos y sociales que parece son los que más afligen a la población pero se tiene mucho cuidado de no tocar aquellos temas urticantes que podrían producir un descalabro en los equilibrios políticos”.
“Eso es, por ejemplo, lo que ocurrió el año pasado con el lanzamiento del debate sobre el aborto. El presidente Macri nunca había dicho que iba a hacer eso y en la plataforma de “Cambiemos” no figuraba y sin embargo él se jactó, ante un grupo feminista, de que había lanzado ese debate sobre el aborto y dijo también que aquí regía la perspectiva universal de género”.
Candidatos desconocidos ocuparán bancas en el Congreso
“El asunto del aborto es uno de los principales temas a tener en cuenta. Ya se ha introducido, este año, otro proyecto que, creo, agrava el anterior. Desde la democracia recuperada hemos tenido el divorcio, la educación sexual integral que yo llamo perversión sexual integral, el matrimonio igualitario y ahora falta el aborto y hay muchos que están empeñados en conseguirlo”.
“Uno ve esas marchas con muchas jóvenes, sobre todo universitarias, burguesas, con sus pañuelos verdes a los gritos y oye las cosas que dicen, pregunto: ¿Los partidos se pronuncian sobre esto? ¿Conocemos a los legisladores que vamos a votar? A lo mejor conocemos al cabeza de lista pero ¿sabemos qué diputados o qué senadores van a ocupar bancas en el Congreso el año próximo? ¿Quiénes quedan o quiénes se van? ¿Qué piensan sobre este tema? ¿Si otra vez hay que votar ese proyecto cómo van a votar? Esto es fundamental porque si ellos no tienen conciencia ética o religiosa, nosotros sí”.
“Por eso quiero hacer este planteo clarísimamente. No podemos votar a partidos o candidatos que se declararon a favor del aborto. Nos van a tratar de meter la mula pero debemos exigir que se manifiesten sobre el tema y en cuanto sepamos, así decidiremos nuestro voto”.
“Vimos lo que sucedió con este médico Rodríguez Lastra, de Cipoletti, que fue condenado y puede ir preso por haber salvado las dos vidas, la de la mamá gestante y la del hijito, cumpliendo con su deber médico. Incluso hasta eso se quiere abolir, la objeción de conciencia”.
Cómplices de un abominable crimen
“Por eso digo claramente: optar por un candidato abortista o por un partido que en su plataforma contiene el aborto es un pecado grave. Y lo es porque así nos convertimos en cómplices. El Concilio Vaticano II declaró al aborto “un crimen abominable”. Nos hacemos cómplices si votamos a quien va a aprobar una ley que facilite el aborto o sea que legalice el abominable crimen”.
“Si se presentara un proyecto que dijera que el robo ya no es más un delito saltaría todo el mundo desesperado. Entonces porqué habría que hacer tanta distinción con esto. Vemos políticos que durante 15 años roban y roban, roban a cuatro manos y todavía están zafando, y un pobre perejil que roba para comer se traga varios años de cárcel. Vamos, la Justicia en la Argentina tiene muy poca majestuosidad, es bastante tuerta, solo un ojo tiene tapado”.
“Por eso hay que averiguar y exigir que nos digan qué piensan sobre el aborto, qué van a hacer con ese proyecto y no votar a los abortistas. Es un grave pecado votar a un partido o a un candidato que promueve el aborto.”
En esto no podemos transigir
“Como dije, la democracia recuperada nos ha enchufado el divorcio, la educación sexual integral, el matrimonio igualitario y ¿hemos reaccionado? Creo que más o menos y sin poder modificar los estropicios institucionales. El actual gobierno ha impulsado el debate sobre el aborto e impone la ideología de género. Pero ahora, con un nuevo proyecto en el Congreso se trata de la vida de un ser humano indefenso e inocente, el más pobre de los pobres, en esto no podemos transigir”.
“Por eso, hay que estar alertas y ponerse en movilización para exigir a los candidatos y a los partidos que se pronuncien sobre estos temas fundamentales. Todo el mundo escamotea la cosa. Lo que les importa es ocupar un lugar, conservar un lugarcito, tener el poder. Esa es la desgracia de la República y una república así no tiene futuro. No la vamos a cambiar con palabras pero sí podemos hacer algo con nuestro voto. Cada voto es una herramienta y por tanto debemos usarla bien”, concluyó.
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