Cristóbal Fones: “Buscar y hallar a Dios en todas las cosas”

Buenos Aires (AICA): En el marco del Festival Interreligioso Buenos Aires del Encuentro que organizó la Dirección General de Cultos de la ciudad de Buenos Aires el domingo 15 de septiembre, el sacerdote chileno y cantautor jesuita Cristóbal Fones SJ, conversó con AICA sobre sus experiencias en su misión itinerante y en el ministerio de la música.
El sacerdote chileno y cantautor jesuita Cristóbal Fones SJ, visitó la Argentina por tercera vez en el marco del Festival Interreligioso Buenos Aires del Encuentro que organizó la Dirección General de Cultos de la ciudad de Buenos Aires el domingo 15 de septiembre.

En diálogo con AICA, el padre Fones conversó sobre sus experiencias en la misión itinerante que le encomendó su superior jesuita y cómo la enlaza con el ministerio de la música, que comenzó desde sus comienzos como sacerdote.

- ¿Qué es la misión itinerante?
- La misión itinerante responde a una intuición muy jesuita. El provincial anterior tuvo un impuso, a partir de la invitación del papa Francisco a una Iglesia en salida, de destinarme a la diócesis donde no está presente la congregación. Mi territorio es en el sur de Chile. Se trata de acompañar comunidades geográficamente más retiradas o de frontera, zonas rurales. También al mundo universitario, que para la Iglesia es una frontera.

- ¿Cómo conjugas esta misión con tu ministerio musical?
- El ministerio musical está muy asociado con la misión itinerante. Soy sacerdote y mi manera de transmitir la Buena Noticia, lo que sueño, lo que espero, lo que amo, es a través de las canciones. Entonces, si doy un retiro me pongo a cantar, o se ve reflejado en las prédicas. Salir fuera de Chile hace que esté justificado darle un toque artístico, al cual no estoy muy habituado y no sé cómo manejarme. En la Jornada Mundial de la Juventud, por ejemplo, pedí no cantar en los grandes escenarios, sino estar en barrios compartiendo con la gente y dialogando, conociendo sus realidades.

- ¿Cómo es tu relación con la tecnología y las redes sociales?
- Soy un troglodita digital, no me manejo bien en las redes, ¡las uso muy mal! Pero me llegan muchos testimonios lindos de contar, gente que a través de las canciones ha experimentado sanación, alegría, esperanza.

- ¿Qué sensación te genera escuchar a alguien cantando tus canciones?
- Confieso que soy muy desapegado. Las canciones salen pero no me pertenecen. Las siento propias pero no las retengo, me gusta que vuelen, que tengan sus versiones. El que sale homenajeado es Jesús porque son para Él. Es muy lindo ver que las canciones acompañan y ayudan a la gente, ese es mi único objetivo. Pero jamás me soñé teniendo esta cantidad de actividad musical, no estaba en el horizonte, se fue dando porque la Iglesia lo pidió

- Tus letras son muy sociales, ¿en qué te inspirás para escribir?
- Soy hijo de Ignacio de Loyola. Y nosotros promovemos la fe que busca la justicia, son dos dimensiones inseparables de lo mismo. No creo en un Dios al que se lo esté alabando todo el tiempo y quiera homenajes; lo que agrada a Dios es que nos tratemos como hermanos y hermanas. Para mí cumplir su voluntad es transmitir su Palabra, conectarme con su Evangelio, conectarme con las personas, especialmente con las que nos van mostrando su rostro dolorido, sufriente.


Soy una persona sensible y desde el arte me conecté con la mujer de una manera muy honda, con los indígenas, con los migrantes, escuché la diversidad sexual, abrí mi corazón al Jesús de todos los rostros. También en este espacio de encuentro qué lindo es poder reconocer al Jesucristo en el que creo, en los musulmanes, en los judíos, en los hindúes. Es buscar y hallar a Dios en todas las cosas y en todas las personas. Para mí ser cristiano es ser social.

Intuyo que hoy el espíritu nos está invitando a un diálogo desde la ternura, no desde la violencia. Estamos acostumbrados a tirarnos piedras. Creo que es el tiempo del amor y el amor es social. El amor nos enlaza. A veces es más fácil no amar, porque el amor nos hace vulnerables pero el amor es el camino, estoy seguro de eso. Me hice cura no para no amar, sino para amar más fuerte y a través de estas canciones. Siento que las canciones pueden ser vehículo para el amor.

- ¿Cuáles son los próximos proyectos que se vienen?
- Hay muchos proyectos dando vueltas. Habrá un disco nuevo que me encomendaron las hermanas Carmelitas Descalzas del santuario de Santa Teresa de los Andes en Chile, por su centenario. Luego saldrán en el canal de YouTube algunos videos que grabamos con unos compañeros jesuitas de Centroamérica. Por otro lado, tengo en vista un disco para el próximo año. Pero eso prefiero no adelantarlo demasiado.

- Por último, ¿qué mensaje le darías a los jóvenes?
- Tenemos que animarnos a enorgullecernos de esta Buena Noticia que se nos ha regalado. Mi mensaje es de amor y cariño: lo que trato de hacer a través de mis canciones es quererlos a ustedes, a la gente que me escucha. No se trata de algo centrado en mí, sino de regalar ternura. Creo que la ternura va a transformar el mundo en un lugar más justo. Cuando vemos al otro con cariño y proximidad, ya no es un adversario sino un hermano. Luchen por todos y por todas, sean creyentes o no, porque en cada uno el Señor nos está hablando al corazón. La música es para servir la misión de Cristo y la misión del Reino. ¡Luchemos juntos! +

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