Mons. D’Annibale: “Seamos generosos, abramos el corazón”
En ese sentido, el obispo consideró que “el dinero es una fuente de injusticia”. En esta parábola, vuelve a surgir el tema del dinero, señaló, en una famosa comparación “entre el rico que tiene mucho, que hace espléndidos banquetes, que nunca le falta nada” y “el pobre a la puerta, que no tiene ni para comer y que sólo lo lame un perro”.
Aquí “evidentemente se quiere mostrar el profundo contraste entre aquel que tiene mucho y que no se fija en nada, y aquel que no tiene”. Lo que sucede, relató el prelado, es que “al final los dos mueren, y uno va al cielo de Abraham y otro no”.
“Las cosas han cambiado totalmente: al pobre al que los perros lamían sus heridas, al mejor puesto, y el rico a lo peor. Y se establece un diálogo: Gritando, el que sufre ahora para que por favor cambien las cosas. Y del otro lado dicen: ya no cambian más las cosas”.
“La primera enseñanza de esta parábola y que es muy importante que se grabe en nuestros corazones: va a haber un momento en que las cosas van a quedar fijas y no haber más cambios. Quizás eso es la eternidad, se juega uno la vida acá en la Tierra, porque va a haber un momento en que las cosas ya no cambiarán más”, afirmó.
“Y entonces si elegiste el camino de la riqueza desmedida y sin ayudar a nadie, va a llegar un momento que te vas a quedar solo”, lamentó monseñor D’Annibale, y animó a tener en cuenta esto: “Mientras tengamos tiempo seamos generosos, abramos el corazón, miremos al que está al lado nuestro, no cerremos los ojos a los que necesitan, a los que están lamidos por los perros, a los que tienen problemas”.
“No pensemos solamente en nosotros y en nuestras cosas porque cuando no tengamos más tiempo, ya no vamos a poder solucionar las cosas, va a ser tarde”.+
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