Los niños de Buenos Aires rezaron por el papa Francisco



Buenos Aires (AICA): Miles de chicos se reunieron en el Parque Roca para celebrar la tradicional Misa Arquidiocesana de Niños, que se viene realizando desde 1987 y que por primera vez desde que Jorge Mario Bergoglio fue proclamado Papa presidió su sucesor, monseñor Mario Aurelio Poli. El prelado convocó “a rezar por el papa Francisco, para que la Virgen de Luján lo cuide y lo proteja, porque se necesitan muchos años de Francisco”, dijo. Y en medio de vítores, banderas agitándose y marionetas gigantes, se rezó un Ave María, tal como lo pidió el Sumo Pontífice.

Miles de chicos se reunieron en el Parque Roca para celebrar la tradicional Misa Arquidiocesana de Niños, que se viene realizando desde 1987 y que por primera vez desde que Jorge Mario Bergoglio fue proclamado Papa presidió su sucesor, monseñor Mario Aurelio Poli.

“Somos las ovejas de Jesús. Tenemos a los obispos, los curas y, obviamente, el papa Francisco”, dijo el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli al tiempo que el micro estadio estallaba de aplausos y vítores.


El prelado bendijo a las tribunas repletas de niños que, divididas por colores, representaban cada una de las vicarias porteñas. La tribuna celeste representaba a la vicaría de Flores, la amarilla a la del Centro porteño, la roja a la de Belgrano y la verde a la vicaría de Devoto.


La suelta de palomas fue un momento muy emocionante porque sobrevolaron en varias oportunidades las tribunas repletas de niños y después se orientaron en su camino.


En su homilía, el arzobispo de Buenos Aires les habló a los niños con un tono muy coloquial, animándolos a escuchar la palabra de Cristo y a decir: “Hablá Señor porque me gusta escucharte”.


Asimismo, destacó la figura de San Juan el Bautista quien “vivió como un santo de Dios. Era un hombre humilde, cumplía los mandamientos, amaba al prójimo, amaba a Dios sobre todas las cosas y, como era un santo de Dios, lo seguía mucha gente, muchos discípulos. Pero él no se lo creyó! Él sabía muy bien que no era a él a quien tenía que seguir”.


El arzobispo porteño contó después la historia de San Pedro, el primer Papa, y recordó que “desde ahí en más se sucedieron más de 200 papas hasta llegar a nuestro Papa que se llama”, interpeló a lo que las tribunas respondieron a los gritos y en medio de aplausos y vítores: “Francisco”.


“Ustedes saben que yo no me lo esperaba, pero el Papa una vez me llamó y me dijo: ‘Mario, yo quiero que vos seas el arzobispo de Buenos Aires’ ¡Mama mía! ¡Dios mío! Y después tuve que viajar a Roma para hacer el pase, ¿vieron? Para que me pase todas las figuritas. Hablamos de un montón de cosas durante tres días. Pero les hago una confidencia. Una de las cosas que me dijo fue: ‘cuando te encuentres con los chicos en la misa, deciles que los quiero mucho y que los extraño. Eso tiene una solución, le dije: vení prontito a la Argentina y te vas a encontrar con ellos!’, le dije”, relató entre aplausos.


La celebración finalizó con una sorpresa para monseñor Poli. Los niños le regalaron un cuadro de Santa Teresita “para que pueda llevar adelante la misión que Dios le confió en la Ciudad de Buenos Aires”. Luego, como cada año, se consagró a Santa Teresita toda la actividad Pastoral y en especial a los niños de la arquidiócesis de Buenos Aires, para que los cuide y los proteja.


Regalos para los obispos que se van

Además, los chicos hicieron otros regalos. Como el obispo auxiliar de Flores, Luis Fernandez, y el de Devoto, Raúl Martín, fueron nombrados por Francisco para las diócesis de Rafaela y Santa Rosa, respectivamente, los niños les regalaron la casulla y la estola como signo de gratitud y cariño y para que puedan llevarlo a cada lugar donde celebren misa.


Hubo suelta de palomas al cantar el Gloria, suelta de globos multicolores en el momento del Santo y lluvia de rosas para Santa Teresita patrona de los niños porteños.


Campaña solidaria

Los niños hicieron una campaña solidaria previa, que consistirá en juntar “5 pesos para cuidar la vida”, dinero que se destina a los comedores infantiles de las villas de emergencia o barrios carenciados de la Ciudad.


Esta vez propone ayudar al comedor para niños de la parroquia Nuestra Señora del Rosario del Milagro, que se encuentra en el complejo habitacional Piedrabuena, de Villa Lugano, adonde asisten niños y adolescentes entre 3 y 14 años que no sólo reciben el almuerzo, sino también comparten momentos de recreación y deportes. La necesidad concreta que tiene el comedor es poder colocar el cielorraso de la cocina donde se preparan los alimentos.


También está destinada al comedor comunitario de la parroquia Santa Elisa, del barrio porteño Barracas, donde se asiste a unas 150 personas. Allí reciben el almuerzo, festejan los cumpleaños, comparten la vida, formando una familia. En el patio de la parroquia, se arman mesas con tablones y caballetes, bancos, etc. transformando el lugar en un gran comedor familiar. Por eso necesitan sillas y mesas plásticas.


Informes: www.vicarianiños.org.ar.+



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