Monseñor Colombo sostuvo que “desde aquel saludo del ángel Gabriel sigue resonando en la historia humana la alegría de Dios por la maternidad de María y de cada mujer que acepta la vida nueva que palpita en su vientre”, porque “la ternura de Dios tiene un lugar definitivo: el corazón y la vida de nuestras madres”.
Recordando el Sínodo de los Obispos que se celebra en Roma, el obispo recordó que la Iglesia quiere considerar la misión de la familia: “No son pocas las dificultades que ésta atraviesa para llevarla adelante con alegría y esperanza. El lugar de la madre en ella siempre tendrá una particular importancia como portadora del amor misericordioso de Dios”.
“El encuentro familiar de este domingo nos da a los hijos la posibilidad de encontrar a nuestras madres, de celebrar especialmente su día, de alegrarnos por estar juntos y también de rezar por las mamás que ya no están físicamente pero siempre nos acompañarán en el recuerdo y la vida compartida”, dijo el prelado.
“Les deseo un feliz día de la Madre. Que tengan en María, la Madre de todos, aliento, fortaleza y consuelo en las pruebas”, concluyó.+
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