Mons. Marino pide imitar la fe de un sacerdote difunto
El obispo invitó a considerar cómo terminó la vida de monseñor Melucci e imitar su fe. En la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de esa localidad, el prelado consideró que el sacerdote “permanecerá para siempre en la memoria local como un prócer”.
“No sólo este pueblo lo va a recordar –dijo el prelado-, sino la diócesis de Mar del Plata, aquí representada por su obispo y su clero. El padre Melucci fue querido y admirado por esta feligresía en la que mereció por excelencia el nombre de padre. Y no menos por los seis obispos que ha tenido hasta ahora la diócesis, y por todo el clero”.
En la presencia del Señor repasamos su trayectoria, valiéndonos de nuestros archivos, y también de su propio relato en un reportaje concedido once años atrás al diario “Brisas”. Es un modo de “cantar las misericordias del Señor” y de edificar nuestra fe.
El obispo lo calificó como “un pastor celoso de su responsabilidad”, que visitó incansablemente la zona rural y se preocupó por crear centros de formación para jóvenes y acompañar la pastoral familiar.
“Querido padre Julio, tu vida fue hermosa; una vida digna, una vida entregada por entero a la causa del Evangelio para servir a tu gente en este pago que hiciste tuyo, tu querido y pequeño pueblo de San Manuel. Tu grandeza es haber amado con pasión lo pequeño”, dijo el prelado, dirigiéndose al féretro.
El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, y el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, anteriores diocesanos marplatenses, se unieron en la plegaria por monseñor Melucci, al igual que el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, surgido del clero local.+
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