Mons. Martínez pidió “no sacar el cuero” y practicar la corrección fraterna
“Corregir con caridad a un hermano, amigo o a alguien que anda por mal camino, es siempre fruto del amor y poner en práctica esta enseñanza del Evangelio puede tener inmediatas consecuencias sociales. Desde ya que solamente una corrección puede ser eficaz si está hecha con humildad y no con soberbia”, señaló el obispo en su reflexión semanal en la que comenta el texto evangélico del domingo.
Por el contrario, el prelado señaló que la práctica habitual es hablar mal de los demás. “Con mucha facilidad ‘sacamos el cuero’, sin reparar el daño que podemos estar haciendo a la persona y el mal ambiente que generamos con este tipo de comentarios”, afirmó.
Y advirtió que “sacar el cuero” puede llevar a la difamación y a la calumnia. “En el primer caso, la difamación, es quitar la fama a alguien sin haberlo ayudado a cambiar. En el segundo, la calumnia, es un pecado más grave aún, porque quita la fama al otro injustamente, sin que el otro tenga culpa alguna”, enseñó.
“Debemos señalar con dolor –continuó monseñor Martínez- que este pedido del Señor sobre la corrección fraterna es una práctica casi inexistente en nuestras comunidades cristianas y en la sociedad civil donde abunda el pecado de difamación y de calumnia y es poco frecuente escuchar hablar de los méritos y dones del prójimo”.
Haciendo alusión al testimonio de muchísimos hombres y mujeres que construyen desde la santidad en lo cotidiano, el obispo manifestó: “Es cierto que poner estos modelos de santidad, los de la vida cotidiana, seguramente no sirve a ciertos medios de comunicación que siempre buscan rating desde el sensacionalismo. Pero también hay que subrayar que si el sensacionalismo, la difamación y la calumnia venden, es porque hay muchos que lo consumen”.
Finalmente, el prelado reiteró el llamado del Señor a practicar la corrección fraterna, una forma concreta del amor cristiano. +
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