“¿Y ustedes quien dicen que soy?”, preguntó Mons. Han Lim Moon
Explicó que el concepto de “renunciar a sí mismo” significa “vaciarse y olvidarse de uno mismo”, en referencia a los intereses y proyectos personales y a los vínculos humanos, para dar prioridad a Dios. “Tomar la cruz significa asumir todo tipo de sufrimiento en la vida cotidiana, especialmente en la persecución por ser discípulos de Jesús”, describió.
El prelado de San Martín enumeró una serie de infortunios que pueden sufrirse a causa de Cristo. La persecución que menciona el Evangelio puede significar “incomprensión, desprecio, marginación, burla, maltrato, humillación y, finalmente, puede significar también, el martirio”. Los discípulos, de este modo comparten la “suerte del Maestro”, porque el sufrimiento es a causa de Cristo y el Evangelio.
Las condiciones que Jesús propone, “pueden ser muy difíciles”, apuntó monseñor Han Lim Moon, pero si Jesús “es la persona más importante de nuestra vida”, esto cambiará. Para ilustrarlo, hizo referencia a la parábola de “el tesoro escondido y encontrado y la perla fina encontrada”: “para comprarlos la persona que los encontró vendió con alegría todo lo que tenía”, recordó monseñor Moon.
Citó el capítulo 8 de la carta de San Pablo a los Romanos: “¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo?”, y aseguró: “Si por la gracia de Dios optamos seguir a Jesucristo, ya tenemos felizmente en nuestra mano el ‘Tesoro’”. Al concluir, aconsejó: “Si somos constantes, reinaremos con Él y recibiremos la gloria de la corona eterna en el cielo”.+
Publicar un comentario