El padre Alba Martínez celebró 50 años de sacerdocio




San Nicolás (Buenos Aires) (AICA): El presbítero Marciano Alba Martínez, vicario general del obispado de San Nicolás de los Arroyos, celebró 50 años de ministerio sacerdotal con una misa en la catedral, en la que dio gracias a Dios por el tiempo de servicio y las gracias recibidas en estos años.

El presbítero Marciano Alba Martínez, vicario general del obispado de San Nicolás de los Arroyos, celebró 50 años de ministerio sacerdotal con una misa en la catedral, en la que dio gracias a Dios por el tiempo de servicio y las gracias recibidas en estos años. El sacerdote concelebró una misa con el obispo diocesano, monseñor Héctor Cardelli, y otros sacerdotes de la diócesis.

El padre Alba Martínez nació en España y, poco después de su ordenación sacerdotal, fue enviado como misionero a la Argentina. Primero fue destinado a la ciudad de Pergamino, luego a Colón y, finalmente, a San Nicolás, donde monseñor Cardelli lo designó vicario general de la diócesis.


En la misa de acción de gracias por el ministerio del padre Alba Martínez, monseñor Cardelli recordó que la Iglesia necesita del testimonio de sus integrantes, especialmente de aquellos que se han entregado completamente al proyecto de Dios.


“Te damos gracias padre Marciano por tu compañía, tu alegría, tu cercanía… Jesús te sigue llamando, Jesús se sigue enamorando de los corazones para que el anuncio esté siempre cercano de quienes lo necesitan. Le pedimos a la Virgen que Ella, como madre, la madre que necesitamos siempre, así como cuando somos pequeños, hasta ya de mayores; que guíe nuestra vida, que guíe nuestra iglesia con su calor y amor materno", dijo el obispo.


Al final de la misa, el padre Marciano recordó dos lemas que adoptó para su vida sacerdotal: «A partir de ahora ya no los llamo siervos, ahora todos son amigos», y «No vine para ser servido sino para servir». Sostuvo que “el tiempo pasado en el servicio ha sido queriendo que les llegara el mensaje del Señor”, para que cada hombre pudiera encontrarse con Él y ser realmente “gesto fuerte de amor para con el Señor y amor y servicio para con la gente”.


“En este caminito que fui haciendo junto a ustedes, con unos más tiempo, con otros menos, siempre dejé caer la Palabra del Señor, no la palabra de uno, sino, la Palabra del Señor para llenar el corazón, y que la persona se convirtiera. Y muchos ya son los que gozan del Señor; gracias a esa Palabra, luz propia de Jesús”, sostuvo el padre Marciano.


El sacerdote agradeció el recibimiento de los fieles y deseó continuar viviendo en creciente fidelidad a Dios a través de su ministerio sacerdotal.+



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