Mons. Elizalde: “Acompañar a Jesús no puede consistir en el entusiasmo de un momento”


Mons. Elizalde: “Acompañar a Jesús no puede consistir en el entusiasmo de un momento”




Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, bendijo los ramos de olivo y presidió la misa que da inicio a la Semana Santa en la catedral Santo Domingo de Guzmán. Allí, recordó que “la invitación que nos dirige la liturgia de hoy es la de entrar en los mismos sentimientos que tiene Cristo, y que abracemos como Él por amor al Padre a toda la familia humana, a nuestros hermanos”. Esta celebración, advirtió, “no se limita a proponernos una participación momentánea, exterior, en la Pasión, sino a ser como el mismo Señor, hijos fieles y consecuentes del Padre y dispuestos a venir en auxilio de los hermanos”.

El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, bendijo los ramos de olivo y presidió la misa que da inicio a la Semana Santa en la catedral Santo Domingo de Guzmán.

Allí, el prelado destacó la importancia de esta semana para los cristianos y, siguiendo el evangelio de San Marcos, conmemoró la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.


“La invitación que nos dirige la liturgia de hoy es la de entrar en los mismos sentimientos que tiene Cristo, y que abracemos como Él por amor al Padre a toda la familia humana, a nuestros hermanos. La celebración de hoy no se limita a proponernos una participación momentánea, exterior, en la Pasión, sino a ser como el mismo Señor, hijos fieles y consecuentes del Padre y dispuestos a venir en auxilio de los hermanos”, advirtió.


“Desde la fe que hemos recibido en el Bautismo y que conservamos y profesamos en la comunión de la Iglesia, la Pasión de Cristo nos señala un modo intenso y generoso de amar a Dios y a los hermanos. Entremos con Jesús en la Ciudad Santa, compartiendo sus sentimientos, invitados a unirnos a Él en su misión, y así como el Señor con esta entrada, selló su destino y obró la redención de los hombres, nosotros, entrando con Él, asumimos también nuestra parte en su sacrificio salvador”, agregó.


El prelado recordó que lo hacemos “difundiendo con el testimonio y la palabra el conocimiento de la verdad revelada, contribuyendo a que muchos se incorporen a la familia eclesial y sean continuadores de la misión del pueblo cristiano”.


“Acompañar a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén no puede consistir en el entusiasmo de un momento; su alcance profundo es que, al incorporarnos en su cortejo, sepamos que Él nos cubre y nos incorpora. Dejémonos conducir y modelar por su bondad y sabiduría, para reproducir, cada uno de nosotros desde el lugar que ocupa, su propia misión de traer felicidad y bendición a todo el mundo. Y así como Él por su sacrificio, que comienza el mismo día de su triunfal entrada en Jerusalén, mereció el más alto lugar junto al Padre, nosotros también, nos comprometemos en este día a llevar siempre, como los ramos en las manos, la identidad y el compromiso de ser discípulos de Jesús”, profundizó.


Monseñor Elizalde sostuvo que “hoy con Jesús entramos gozosamente en Jerusalén, para compartir su destino, que nos abre las puertas del Paraíso, la Jerusalén definitiva, a la cual es nuestro deber y vocación convocar a todos los hermanos. Nos asista la protección y la guía de la Madre de Dios, que acompañando en el silencio a su Hijo Jesús, es el modelo más diáfano y la intercesora más poderosa”.+


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