Mons. Urbanc: “Que el santo crisma vuelva a brillar en nuestra vida”


Mons. Urbanc: “Que el santo crisma vuelva a brillar en nuestra vida”




San Fernando del Valle de Catamarca (AICA): El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, celebró la misa crismal junto al presbiterio de la provincia. En su homilía, el prelado habló sobre la importancia de cuidar el don del ministerio sacerdotal y advirtió sobre los peligros que encierra el activismo.

El presbiterio catamarqueño se reunió el Martes Santo en la catedral basílica en la misa de las 20 que presidió el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, para renovar las promesas sacerdotales y recibir los santos óleos y el crisma con el que administrarán los sacramentos. Además de los presbíteros, asistieron muchos fieles que colmaron el templo.

Durante su homilía, monseñor Urbanc se digirió a los sacerdotes y reflexionó sobre el ministerio sacerdotal: “Fuimos asociados al sacerdocio mismo de Cristo, hechos alter Christus, porque obramos en representación de Él”.


“En aquella ocasión –agregó- se produjo un cambio radical en nuestro ser y dejamos de ser lo que éramos, a pesar de que en lo tangible seguimos siendo uno más en medio de la gente. Separados del mundo, fuimos constituidos en hombres de Dios, como servidores de Dios, testigos de su amor y mediadores entre Él y los hombres”.


Monseñor Urbanc consideró que el sacerdocio es una gran responsabilidad, que supone estar a la altura del don recibido.


El activismo, una grave carencia de vida interior

En otro tramo de su predicación, el obispo propuso a los sacerdotes considerar el activismo como “un grave riesgo en nuestra vida”. Al respecto dijo: “Algunos de sus nocivos efectos son la pérdida de horizonte, el empobrecimiento de nuestro ministerio, el vaciamiento del espíritu por la falta de esmero en la vida interior, la práctica más bien pobre y rutinaria de la vida de oración y sacramental”.


“Este activismo –añadió- no necesariamente supone un exceso en las cargas de trabajo pastoral y del quehacer apostólico, sino una grave carencia de vida interior que ha terminado mermando el sentido de toda actividad al punto de vaciarla de su genuino contenido evangélico”.


“Alguna vez escuché decir a un sacerdote del peligro que corremos al irnos acostumbrando a ingerir las gracias, sin masticarlas, sin saborear siquiera la mitad de su dulzura; ni les sacamos el jugo nutritivo, ni aprovechamos su fuerza santificadora. Comenzamos a obrar demasiado rápido y precipitadamente. Y todo esto nos va jugando en contra, llevándonos al cansancio, la rutina y el desencanto”, afirmó el obispo.


También dedicó parte de su predicación a reflexionar sobre las tres prioridades de este 2015: el Año Diocesano dedicado a los Laicos, el Año de la Vida Consagrada y el Congreso Eucarístico Nacional, por realizarse en Tucumán.


Consagración del Santo Crisma y bendición de óleos

Durante la celebración eucarística fue consagrado el santo crisma y se bendijeron los restantes óleos, entregado durante la misa a lo párrocos y sacerdotes responsables de cuasiparroquias, capillas y santuarios.


La misa crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y un signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En el Vaticano y en gran parte del mundo entero se celebra el Jueves Santo, pero en la diócesis catamarqueña, por las distancias de algunas parroquias, se la oficia el Martes Santo.


Durante toda la jornada de la misa crismal, los sacerdotes participaron de una asamblea en Emaús y se prepararon para vivir esta y las demás celebraciones de la Semana Santa.+



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