En la procesión participaron sacerdotes del decanato y también los anteriores párrocos del santuario, como el padre Rolando Tenti y el padre Alejandro Gordillo. Las lágrimas invadieron los rostros de los cientos de peregrinos que llegaron de todo el país para ser testigos de la fiesta del Cristo Forastero, en busca de sanación, consuelo y amparo.
Según consignó El Liberal, la celebración eucarística fue presidida por monseñor Torrado Mosconi, quien expresó su inmensa alegría de estar nuevamente en la villa antes de emprender rumbo a la diócesis de Nueve de Julio, a la que fue recientemente designado como obispo coadjutor.
"¡Qué alegría es estar aquí en este sitio, donde Dios ha querido habitar entre nosotros, aquí en Santiago del Estero! Experimentamos un gran consuelo cada año al acercarnos aquí, al santuario del Señor de los Milagros de Mailín. Él ha querido que Mailín sea su casa y habitar en medio de nosotros. No tenemos que subirnos a lo más alto del cielo para encontrarnos con Dios, Él ha querido estar aquí, debajo de este árbol. Dios ha querido manifestar que está muy cerquita nuestro", expresó el obispo en su homilía.
Monseñor Torrado Mosconi sostuvo que los santiagueños “reconocen esta presencia, sienten su amparo, su cobijo, su amor, su cuidado, y por eso peregrinan para encontrarse aquí con la presencia del Señor, que viene a salvarnos".
"Peregrinar al encuentro del Señor de Mailín es lo que nos llena de gozo el corazón y nos hace hacer fiesta. Aquí celebramos la fe, dicha y alegría de saber que no estamos guachos en este mundo, que tenemos Padre y Madre, la Virgen. ¡Cómo no hacer fiesta al tener esta experiencia del amor de Dios!", añadió.
El obispo resaltó que "nada tiene que ver con la diversión vacía, carente de sentido”, porque esa diversión “se quiere conseguir a través de la droga y el alcohol, o de tantas otras formas que en realidad no son capaces de dejarnos el corazón llenito de gozo".
"En cambio –añadió- la fiesta que celebramos en Mailín brota de adentro hacia afuera. De esa experiencia de sabernos amados por Dios. En el corazón del Señor de los Milagros de Mailín está el rostro de cada uno de ustedes, está la intención que más necesitan y que han venido a presentarle", manifestó el obispo.
Luego de la misa, los sacerdotes y los fieles se dirigieron hacia el templete donde descansa la Cruz. Allí se hizo el rezo de la novena con toda la comunidad.+
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