El Colegio Sacerdotal Argentino de Roma (Cosar) es una institución creada hace 12 años por la Conferencia Episcopal Argentina. Se trata de una casa que aloja en este momento a 16 jóvenes presbíteros que están cursando licenciaturas o doctorados y que se ausentan, temporariamente, de sus respectivas diócesis.
La comunidad sacerdotal está regida por el presbítero Ángel Hernández, del clero diocesano de Mendoza, y por el presbítero Daniel Forconesi, del clero de San Juan de Cuyo, en calidad de vicerrector. Los acompaña, como director espiritual de los residentes, el sacerdote español Juan Esquerda Bifet.
El Cosar funciona en dependencias de la Iglesia Nacional Argentina Nuestra Señora de los Dolores, donde muchos conciudadanos o peregrinos acuden periódicamente para encontrar allí “un buen punto de referencia espiritual y humano”, según observó monseñor Buenanueva.
El Cosar está bajo la guía de la Comisión Episcopal de Ministerios y recibe, cada tres años, la visita canónica de los obispos integrantes de dicha comisión. Según el obispo Buenanueva, “se trata de una comunidad sacerdotal que ofrece un espacio de formación permanente para estos jóvenes sacerdotes”.
“No es un simple alojamiento donde cada uno hace su vida. Se trata de cuidar el clima espiritual y fraterno, también la pastoral de la Iglesia en la Argentina, como diversos servicios que supone la vida en común”, contó el obispo.
Monseñor Buenanueva observó que la dedicación a una intensa actividad académica da una nota distintiva a esta comunidad sacerdotal. No obstante, recordó que el anuncio del Evangelio “no se identifica sin más con el progreso intelectual”, sino que la evangelización necesita también la inteligencia que busca comprender cada vez mejor la fe que ha recibido.
“Sepamos que en Roma hay una pequeña comunidad de sacerdotes que, ausentándose por un espacio relativo de tiempo, profundizan su misión pastoral con el estudio de la teología y otras ciencias afines, para volver a nuestras iglesias particulares a ofrecer sus servicios como pastores del Pueblo de Dios. Recemos por ellos”, pidió monseñor Buenanueva.+
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