Los obispos tailandeses invitan a rezar durante un año entero por el alma del difunto Rey

Los obispos tailandeses invitan a rezar durante un año entero por el alma del difunto Rey

Bangkok (Tailandia) (AICA): La Conferencia Episcopal de Tailandia emitió un comunicado, que fue leído en todas las iglesias el domingo 16 de octubre, en el que los obispos invitan a los cristianos a orar durante todo el año por el alma del difunto rey, Bhumibol Adulyadej, –fallecido el 13 de octubre pasado- y por su sucesor. Los prelados tailandeses también piden que se toquen las campanas durante 9 días consecutivos y que se expongan imágenes adecuadas en los templos y las escuelas católicas”.
La Conferencia Episcopal de Tailandia emitió un comunicado, que fue leído en todas las iglesias el domingo 16 de octubre, en el que los obispos invitan a los cristianos a orar durante todo el año por el alma del difunto rey, Bhumibol Adulyadej, –fallecido el 13 de octubre pasado- y por su sucesor.

Los prelados tailandeses también piden que se toquen las campanas durante 9 días consecutivos y que se expongan imágenes adecuadas en los templos y las escuelas católicas”.

Un misionero que trabaja en el país relató a la agencia Fides el impacto que produjo en el pueblo la noticia de la muerte del octagenario monarca.

“Ya habían iniciado –cuenta el misionero a Fides- los preparativos para su cumpleaños, el 5 de diciembre, día de la fiesta nacional del padre, pero sus condiciones de salud, desde hace tiempo inestables, empeoraron hace unos días. No ha muerto un rey, ha muerto 'el Rey'”.

“Para la mayoría de los tailandeses probablemente este es el único rey que conocieron. Fue el más longevo del planeta. Reinó durante 70 años con gran sabiduría y atención hacia su pueblo. La monarquía, que sigue siendo una institución garante de la paz y de la unidad nacional, se identifica con Bhumibol Adulyadej, soberano número 9 de la dinastía Chacri, la misma que fundó Bangkok a finales del siglo XVIII”, explicó el misionero.

“La población se siente perdida. Las instituciones se han concedido un tiempo de reflexión. Se hará luto durante un año y luego se llevarán a cabo los minuciosos ritos de cremación.

A lo largo de este año, la población, probablemente casi la totalidad de los 66 millones de ciudadanos, harán un acto de reverencia al gran soberano, considerado por todos el buen padre de la patria, digno de entrar en el paraíso budista.

Por otra parte, añade el misionero, “las otras religiones e instituciones civiles están haciéndolo de manera similar. Los cines y teatros han suspendido su programación, los canales de televisión retransmitirán en blanco y negro durante un mes, las zonas turísticas están adaptando sus horarios y la venta de alcohol. Las telas de color negro se agotaron, ya que son un signo común de luto. En el sentimiento de la gente este rey ha quedado grabado como modelo del bien y de la misericordia. Siempre representado con las poblaciones agrícolas, en las montañas, en las aldeas. Su imagen siempre estuvo presente en todas las casas y aulas. Paneles gigantes con su imagen pueden verse en las entradas de los pueblos y ciudades”.

“Sin duda jugó un papel delicado en el conducir esta nación a través de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y las turbulencias del sudeste asiático vinculadas al comunismo. Acompañó el proceso de modernización del Estado sin alterar las costumbres y tradiciones. Explícitamente favoreció la coexistencia de las religiones en una nación budista casi en su totalidad. Frenó el resurgir de ciertos conflictos civiles en tiempos de crisis. Ahora Tailandia, después de la pausa del luto, tendrá una serie de problemas, para nada pequeños, a los que hacer frente”, concluyó el misionero.+

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