“Pepe” Di Paola: “Muchos miran para otro lado en vez de ayudar a personas como Juan Viroche”
En sus declaraciones, el sacerdote sostuvo: “Nos sentimos muy solidarios con el padre Juan porque trabajó toda su vida sobre el crimen organizado en Tucumán, y le costó la vida”, y aseguró: “No podemos mirar para otro lado. Es algo que venimos trabajando también en nuestros barrios y creemos que muchas veces, como en el caso del padre Juan, quedan solos en una primera línea, y muchos funcionarios y responsables en la sociedad miran para otro lado en vez de comprometerse y de ayudar a personas como Juan, que dan la cara”.
Además, reveló haber conocido al padre Viroche “en una reunión”, pero aclaró que “como él, hay varios sacerdotes que trabajan en la prevención y la recuperación de los chicos desde hace tiempo”.
“La región del Noroeste argentino está viendo con preocupación el tema de las drogas”, aseveró y continuó: “Cuando yo estaba en Santiago del Estero eran muchos los curas, las religiosas y los laicos que querían hacer algo. Algunos ya lo estaban haciendo. Es un tema que inquieta y muchos están buscando respuestas desde las parroquias”.
También, se mostró sorprendido por el crecimiento del narcotráfico “en todos lados” y, manifestando su inquietud, contó: “Cuando se hacen los encuentros anuales, que son dos en total, vienen delegados de todas las diócesis del interior y es increíble. A veces el representante es de un pueblo pequeño y te va contando las dificultades que tiene la gente. Antes esos lugares eran ‘de paso’ y hoy el narcotráfico está presente y no saben qué hacer”.
La ‘mexicanización’ en la Argentina y el rol del Estado
Asimismo, el padre “Pepe” Di Paola refiriéndose a las palabras del papa Francisco sobre la “plaga del narcotráfico” mencionó: “Hace un tiempo atrás se hablaba de la mexicanización y salían todos los que se rasgan las vestiduras, porque más bien dicen lo políticamente correcto, pero nunca van a la verdad... Y de pronto estos tipos (sic) que han hablado durante mucho tiempo se tienen que hacer responsables de que han hecho muy poco para reprimir el narcotráfico y generar lugares de asistencia para las víctimas”.
“Realmente es un Estado ausente y en algunos casos ha sido cómplice, afín a esto. Y después, por otro lado, hay un montón de gente trabajando en la soledad cuando en realidad tendría que ser política de Estado y de trabajado de una comunidad organizada”, afirmó.
También indicó que a veces el Estado peca de arrogante y recalcó que la propuesta que llevan adelante los curas villeros para tratar y recuperar a los jóvenes adictos “es con la comunidad en el centro… la comunidad se hace cargo”. “Nuestros Hogar de Cristo están abiertos todos los días, sábados y domingos también”. “Esas son las diferencias en las que el Estado puede poner recursos. Hay que combinar. Si el Estado está inteligentemente presente, sería mejor. Una comunidad bien organizada puede hacer una transformación grande en un barrio”, evaluó.
“A veces la hipocresía de algunas personas en la sociedad argentina es increíble”, expresó. “Hasta tuvieron que pedir disculpas por la palabra México. La gente vive este problema en forma angustiante porque su familia, su hijo está metido en esto, mientras, el mundo de la hipocresía que está en la Argentina, en México y en todos lados, se siente ofendido cuando en verdad lo que deberían hacer es cambiar la realidad y que eso sea un llamado de atención”, opinó.
Una lucha continua
Además, el presbítero Di Paola negó que “el crimen mafioso” del cura Viroche pueda atemorizar y cambiar la lucha que los curas villeros llevan adelante día a día.
“Vamos a seguir trabajando igual que antes y sabemos que tenemos un trabajo muy claro y preciso que es con la prevención y la recuperación. Lo tenemos que seguir sosteniendo porque es la esperanza de muchos y es la única forma de transformar los lugares de marginalidad en la que nos movemos, porque no es solo la pobreza. Yo estuve en Santiago del Estero y recuerdo haber vivido situaciones de mayor pobreza, porque la gente no tiene ni electricidad, ni agua, ni cloaca”, precisó el sacerdote.
En ese sentido, explicó que los barrios en los que trabajan los curas villeros “están atravesados por la marginalidad, la naturalización del delito, del consumo y otras cosas”. “Por eso debemos hacer un trabajo mucho más complejo y tenemos que ser más constantes. Esa tarea es la que estamos tratando de afianzar desde hace tiempo”, continuó.
Las preocupaciones del papa Francisco
Finalmente, dada su estrecha relación con el Sumo Pontífice, el padre “Pepe” fue consultado en el programa sobre cuándo cree que Francisco vendrá a la Argentina. “Viajé este año, lo vi, tomé mate con él”, contó. “Pensé que venía el año que viene, pero él sabe. Creo que vendrá en 2018, si Dios quiere”, estimó. “Cuando me reuní con él rememoramos viejas épocas. Uno va recordando cosas viejas y se ríe, pero sí, le dije que es importante que venga porque el pueblo espera", confesó.
“Él sabe eso, pero ahora tiene un tablero mucho más grande”, sostuvo. “Por ejemplo, le salió lo de Venezuela (la reunión sorpresiva que mantuvo el lunes con el presidente de ese país, Nicolás Maduro) para hallar la paz”, recordó.
“Sabemos que hay otros que no lo quieren, por ejemplo el boicot en el acuerdo de paz en Colombia, donde partidos de algunas iglesias fundamentalistas y evangélicas le hicieron la contra. Hay muchas cosas que pasan en América Latina que son inducidas por alguien y con otros poderes", manifestó.
El sacerdote afirmó que hay una campaña en contra del papa Francisco “que se va dando en distintos lados”. “En Brasil es claro que la Iglesia Universal tiene diputados -si nosotros tuviéramos diputados sería un escándalo- que han volteado a una presidenta que fue elegida por el pueblo. Un cambio que le permite a ellos en 30 días tener el dinero para presentarse de candidato”, aseguró.
Di Paola sostuvo que “hay que ver cómo se va mostrando la realidad en distintos puntos de América Latina, en forma simultánea” y añadió que “tiene que ver con esto de boicotear, algo que era una necesidad para la gente para vivir bien”.
“Ojalá que Dios bendiga lo que pasa en Venezuela para que haya paz y una salida democrática para el pueblo. Porque la que pierde siempre es la gente, los analistas siempre están lejos”, concluyó.
Para concluir, el cura villero contó también que en el momento de su visita al Vaticano, realizada en el mes de agosto, también notó a Francisco “muy preocupado por lo que pasaba en Siria”.+
Publicar un comentario