Mons. Ñáñez: Brochero fue un pastor servicial, generoso, fiel hasta el fin
El prelado se refirió a la canonización como “un acontecimiento que es una Gracia de Dios para toda la Iglesia y una Gracia particular para nosotros en la Argentina, para nosotros en Córdoba. Una Gracia muy especial para la comunidad católica que está en la Arquidiócesis de Córdoba, para la comunidad Católica que está en la Diócesis de Cruz del Eje”.
Monseñor Ñáñez anunció también la misa de acción de gracias por el nuevo santo, que se celebrará el viernes 4 de Noviembre a las 19.30 en el atrio de la catedral Nuestra Señora de la Asunción, porque ese día se conmemora los 150 años de la ordenación sacerdotal del Cura Brochero, que tuvo lugar precisamente en esa iglesia.
Durante la celebración, se nombró patrono de la capilla la Purísima al Santo Cura Brochero, por lo que el prelado expresó la alegría compartida con toda la feligresía que participó de ese acontecimiento.
En su reflexión sobre el Evangelio, monseñor Ñáñez destacó las actitudes necesarias para orar: humildad y confianza, como el publicano que “apela a la Misericordia de Dios” y reconoce su fragilidad con humildad. “En su humildad se vacía de sí mismo, no tiene ningún título. Su única seguridad esta puesta en la confianza, en la Misericordia de Dios”, señaló el arzobispo.
El prelado destacó la enseñanza del Evangelio y la invitación “a esa humildad que le hace espacio a Dios y a la confianza que es la prueba de una autentica humildad”. Luego recordó que “se nos invita a que procuremos ser fieles, sí, sin duda. Pero no creérnosla, como dice por ahí el Papa Francisco. A no creérnosla, porque la fidelidad es también un regalo de Dios, y se nos invita a no despreciar a los demás y a no juzgar el corazón de los demás”.
Monseñor Ñáñez hizo hincapié en la vida del Cura Brochero y sus últimos días, en su confianza de que “Dios no lo abandona”. En su enfermedad, recuerda el arzobispo, Brochero le escribe una carta a un amigo donde señala que “es un gran favor el que Dios me ha dado en estos momentos. Porque Él me permite prepararme para mi fin, y me da la oportunidad de rezar por todos los hombres, los pasados, los que están hoy y los que van a venir”.
“La iglesia nos lo propone como intercesor, pero la Iglesia nos lo propone también como modelo. Como modelo de un creyente comprometido. Un creyente que vivió su fe a fondo hasta las últimas consecuencias. Y como modelo de pastor, para nosotros los obispos, para los sacerdotes. Un pastor servicial, generoso, fiel hasta el fin”, aseguró, invocando la intercesión del Santo Cura, “para que podamos vivir con fidelidad nuestra Fe cristiana, nuestros compromisos de acuerdo a la vocación de cada uno”.+
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