“Tampoco la historia de la salvación es ajena a esta situación. Abrahán, Moisés, incluso Jesús ha dejado su tierra y se ha puesto en camino”, agregó ante la multitud que participó este miércoles de la audiencia general en la Plaza de San Pedro.
El pontífice aseguró que “estas situaciones a veces se han visto unidas a graves crisis sociales, que a lo largo de los siglos se han afrontado con dos aptitudes: la de cerrarse al que viene o la de acogerlo”.
“Puede que levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados, pero cerrarse no es la solución, sólo favorece los tráficos criminales”, advirtió.
El Papa sostuvo que frente a esta situación “la única respuesta es la de la solidaridad”.
“El compromiso de los cristianos es urgente. Todos tenemos el deber de acoger al hermano que huye de la guerra, el hambre o la violencia y estamos llamados a salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Dios”.
Francisco saludó luego a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes les pidió “la gracia de abrirse al hermano, acogerlo, para poder restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la paz”.+
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