Mons. Lozano: “Nadie se salva de aprietes y extorsiones del crimen organizado”

Mons. Lozano: “Nadie se salva de aprietes y extorsiones del crimen organizado”

Buenos Aires (AICA): “La muerte del padre Juan nos ha enfrentado con una realidad que hace rato venimos señalando y que, más allá de las causas que después se terminen de establecer a nivel judicial, hay en nuestro país -como en tantos otros de América Latina- un sistema de aprietes, extorsiones y amenazas que ejerce el crimen organizado. A sacerdotes, catequistas, directivos de escuelas, responsables de clubes, intendentes y legisladores, nadie se salva”, advirtió el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, en una entrevista con el portal Vatican Insider, en la que habló de la muerte del presbítero Juan Viroche, quien apareció ahorcado en su parroquia de la localidad tucumana de La Florida, después de haber denunciado el avance del narcotráfico en la provincia y haber recibido amenazas.
El arzobispo coadjutor electo de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, se refirió –en una entrevista con el portal Vatican Insider- a la muerte del presbítero Juan Viroche, quien apareció ahorcado en su parroquia de la localidad tucumana de La Florida, después de haber denunciado el avance del narcotráfico en la provincia y haber recibido amenazas, por las que había pedido al arzobispado su traslado.

“La muerte del padre Juan nos ha enfrentado con una realidad que hace rato venimos señalando y que, más allá de las causas que después se terminen de establecer a nivel judicial, hay en nuestro país -como en tantos otros de América Latina- un sistema de aprietes, extorsiones y amenazas que ejerce el crimen organizado”, advirtió.

“A sacerdotes, catequistas, directivos de escuelas, responsables de clubes, intendentes y legisladores, nadie se salva. Quien tiene una responsabilidad social suele experimentar una presión o incluso, en ocasiones, amenaza contra la propia vida y familia. Estas bandas del crimen organizado ocupan lugares muy importantes, corrompen funcionarios de las fuerzas de seguridad, del poder judicial y políticos”, agregó.

Monseñor Lozano llamó a “prestar mucha atención, no pasar por alto esto y saber que nos encontramos en una situación muy delicada en el país porque estas bandas se han afianzado, cada vez es más difícil desembarazarse de ellas”.

La entrevista con Vatican Insider

-¿Cómo son las relaciones entre el gobierno y la Iglesia en la Argentina?
-Las relaciones entre el gobierno y la Iglesia en la Argentina yo diría que siempre han sido buenas, no deberíamos mirarlas únicamente por lo que implica el vínculo entre el presidente de la Nación con el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina o con el Papa. También relaciones del Estado con la Iglesia son las que cada gobernador tiene con los obispos de sus provincias, en este sentido son en general buenas. En algunos lugares cuesta más el diálogo, en otros se da de manera más franca. Deberíamos tener una mirada más amplia, no es sólo el Papa, solo el presidente de la conferencia episcopal, el arzobispo de Buenos Aires o quien está a cargo de la Casa Rosada. En general hay buen nivel de diálogo, un espíritu de colaboración, no siempre coincidiendo en los aspectos de la realidad y cómo esto afecta a los sectores más pobres, pero intentando acercar opiniones y posturas que ayuden al bien común.

-¿Cómo valoran la reciente audiencia del papa Francisco con el presidente Mauricio Macri?
-No estoy muy al tanto de cómo fue más allá de lo sabido por los medios de comunicación, de haber conversado después con algunos funcionarios del poder ejecutivo. De parte de ellos están muy contentos porque se alcanzaron los objetivos propuestos, fue una reunión muy cordial y muy buena. He percibido un diálogo distendido y, por los temas tratados, son los que preocupan al gobierno y también al Papa. El encuentro debemos valorarlo como muy positivo y muestra que el vínculo, tanto del presidente como de otros funcionarios del poder ejecutivo y legislativo con el santo padre es muy bueno.

-¿La Iglesia está preocupada por la pobreza y la situación social en el país?
-Nosotros la preocupación por la pobreza la tenemos hace décadas, no es una cuestión de ahora. En estos últimos años en la pastoral social venimos señalando el crecimiento de la pobreza y la desnutrición infantil, la falta de acceso a la educación y a condiciones mínimas de una vivienda digna. También la pérdida de puestos de trabajo y lo que significa perder la capacidad de que cada quien se gane el pan con el sudor de su frente de una manera digna, así como otros dos problemas de los últimos 15 años como el crecimiento del narcotráfico y la cuestión ambiental. Hay un creciente consumo de drogas que aporta al crimen organizado y tiene otras ramas como el tráfico de armas y de personas. En nuestro país vemos poca preocupación por el medio ambiente, se necesita sensibilizar más y la puesta en práctica de políticas eficaces.

-Con el narcotráfico parece estar relacionada la muerte misteriosa del sacerdote Juan Viroche en Tucumán, ¿cómo la han recibido?
-La muerte del padre Juan nos ha enfrentado con una realidad que hace rato venimos señalando y que, más allá de las causas que después se terminen de establecer a nivel judicial, hay en nuestro país -como en tantos otros de América Latina- un sistema de aprietes, extorsiones y amenazas que ejerce el crimen organizado. A sacerdotes, catequistas, directivos de escuelas, responsables de clubes, intendentes y legisladores, nadie se salva. Quien tiene una responsabilidad social suele experimentar una presión o incluso, en ocasiones, amenaza contra la propia vida y familia. Estas bandas del crimen organizado ocupan lugares muy importantes, corrompen funcionarios de las fuerzas de seguridad, del poder judicial y políticos. Tenemos que prestar mucha atención, no pasar por alto esto y saber que nos encontramos en una situación muy delicada en el país porque estas bandas se han afianzado, cada vez es más difícil desembarazarse de ellas.

-En la Argentina se habló de una gestión de la Iglesia para que la Confederación General del Trabajo (CGT) demorase un paro general, ¿eso es verdad?
-Nosotros, desde la pastoral social, ni alentamos ni desalentamos las medidas concretas que cada sector de la sociedad entienda necesarias. No hemos hecho gestiones para evitar el paro, sí hicimos gestiones para fomentar espacios de diálogo que es otra cosa. Nos parece muy importante promover todo aquello que abone al diálogo sea entre sectores relacionados al mundo del trabajo y el gobierno, los empresarios. También con las organizaciones sociales que representan un sector muy importante de la población que no tiene trabajo o que tiene un trabajo no registrado y por eso no alcanza una representación sindical. Nosotros tenemos un compromiso firme para generar espacios de diálogo pero no para evitar un paro o promoverlo.

-¿Valoran entonces positivamente la mesa de diálogo convocada por el presidente Macri?
-Sí, todo espacio que convoque el Estado o el poder ejecutivo es muy bueno. No estoy en el detalle puntual de lo propuesto concretamente pero sí me enteré de la convocatoria para esta semana y me parece muy bueno, son los espacios que hacen falta a la patria para escucharse mutuamente en posturas, inquietudes y posibilidades para el bien común.

-¿Son los espacios que le gustan al Papa Francisco?
-El Papa habla mucho de “cultura del encuentro” y “amistad social”, son iniciativas que ayudan a quienes tienen intereses legítimos de sector, por ende diversos, puedan reunirse y encontrar algún interés superador relacionado con el bien común social y el bien de la nación.+

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