Mons. Olivera en la misa de vigilia: “la causa Brochero no termina”
La misa se desarrolló a las 18.30 (hora italiana), y la vigilia comienza a las 21. En su homilía, monseñor Olivera expresó su emoción por el acontecimiento histórico que por estos días se vive en Roma, y destacó el ejemplo de Brochero: santo sacerdote, buen pastor y santo ciudadano.
“El sí supo, sin lugar a dudas en la expresión de nuestro Papa Francisco, ponerse ‘la patria al hombro’ y trabajó por el desarrollo y progreso de su pueblo. Apasionado por Jesús, trabajó sin desvelo para que los hombres y mujeres se encuentren con el Señor y desde ese encuentro tenía Brochero la certeza que la sociedad, su curato se iba a transformar. Transformar para ser un pueblo más cristiano, más fraterno y más digno”, afirmó el obispo.
Monseñor Olivera aseguró que aunque la causa de canonización culmine, “la causa Brochero no termina” porque “la causa de Brochero es anuncio, como buen discípulo, del Evangelio. La causa es trabajar por la inclusión de todos, la causa es trabajar con los pobres para que haya vida más digna e igualdad de oportunidades, la causa será hacer notar todas aquellas cosas que ‘faltan en nuestra tierra’, en nuestras ciudades y pueblos. La causa será trabajar codo a codo con el pueblo por la dignidad y desarrollo”, sostuvo.
El prelado describió a Brochero como “un testigo valiente del Evangelio que lo hizo capaz de trabajar por su pueblo llevándole lo mejor, llevándolos al Señor”, y recordó las palabras del papa Francisco en la carta por la beatificación del “cura gaucho”: “Brochero centró su acción pastoral en la oración, esa vida de oración ha hecho también de Brochero un callejero de la fe”.
“Impresiona saber y ver que el Cura Brochero era un hombre de gran intensidad en el trabajo apostólico y estoy seguro que la fecundidad de este trabajo pastoral está en el cimiento de esta vida de oración y encuentro íntimo con el Señor”, manifestó el obispo de Cruz del Eje.
Para finalizar, el prelado pidió a Brochero, “que tuvo una vivencia profunda del don de la fe durante toda su vida, que nos haga fieles discípulos misioneros de Jesús y misericordiosos como el Padre”, y a María, peregrina de la fe “la gracia de saber ‘ver’ lo que falta, porque faltan muchas cosas en nuestra tierra, para una vida más digna para todos”.+
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