En la misa exequial, el obispo destacó el servicio del diácono Luquín a la diócesis
Monseñor Lugones destacó el trabajo del diácono al servicio de la diócesis: “Nos ayudó cuando la partida del querido Román (Velasco Arenas) a España -recordó el obispo-, no sólo en la administración de la parroquia El Buen Pastor, sino también en el acompañamiento de nuestros catequistas, de los sacramentos, de las celebraciones, muchas veces los domingos, y la visita a los enfermos, o sea, vivió la diocesanidad que no siempre vemos en la Iglesia particular, y es una gracia de estado”.
El obispo recordó también que esto se lo dijo personalmente al diácono Luquín el día de la llegada del nuevo administrador a la comunidad de Banfield, y agregó: “Lo demás está dentro del misterio de Dios; ¿quién puede tirar la primera piedra?, dijo Jesús; Él es la Resurrección y la Vida”.
“En el mes del Sagrado Corazón de Jesús no dudamos que sólo y a través del corazón de Jesús llegamos al amor del Padre, a este misterio. Como la vida y la muerte es un misterio, Dios es misterio, por lo que el diácono Guillermo ahora está en la plenitud, en la Presencia, esa es nuestra esperanza, esa es la esperanza en Cristo”.
Concelebraron la misa el obispo auxiliar, monseñor Jorge Torres Carbonell; el vicario general, presbítero Hugo Barrios; y los sacerdotes presentes, todos provenientes del “Encuentro sacerdotal de pastoral” que esta semana se está realizando en Luis Guillón. Se sumaron el párroco Francisco Ortiz y los sacerdotes carmelitas a cargo de las comunidades ubicadas en Banfield, Lomas y Temperley Este. Varios diáconos permanentes también acompañaron la celebración de la Eucaristía.
El padre Ortiz, por su parte, dijo en la homilía: “Es un día delicado para mí, se ha ido al Padre un amigo, un compañero, uno que fue como un hijo desde el principio; se ha ido con el Padre Dios a descansar”, y contó que a Luquin lo conocía “de niño, cuando iba a ingresar al jardín” y cómo comenzó a participar de la vida parroquial y llevar la imagen de la Virgen a las fábricas.
“Se esforzó, trabajó y luchó, ayudándome en este ministerio, y sobre todo en la parte de Catequesis con los chicos, y muchas veces en el hospital, llevando la Buena Noticia a los enfermos”, destacó. “Ha dejado su familia y su parroquia, pero él ha puesto la esperanza en el Señor”.+
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