Mons. Braida participó en Francia de la fiesta por el beato Longueville
La celebración tuvo lugar este sábado con la exposición y proyección de películas, y continuó con el descubrimiento de una placa conmemorativa en la casa del sacerdote mártir riojano.
Seguidamente, el obispo de Viviers, monseñor Jean Louis Balsa, presidió la Eucaristía en la que confirmó un grupo de 30 adultos. Concelebraron monseñor Braida y otros obispos invitados especialmente para participar de la celebración.
Al finalizar la ceremonia, monseñor Braida expresó: “Con todos ustedes hoy doy gracias a Dios por la beatificación de Gabriel Longueville. También en mi persona traigo a toda la diócesis de La Rioja. Ellos están en mi corazón. En esta celebración estamos todos unidos”.
Asimismo, agradeció a los familiares del beato, al recordar: “Varios nos acompañaron en la ceremonia de beatificación”. “Doy gracias a este pueblo donde Gabriel creció, caminó y maduró su fe. Gracias a la diócesis, al obispo y obispos anteriores que ayudaron a su vocación”, destacó.
Poniendo como ejemplo al sacerdote, monseñor Braida dijo que “en la persona de Gabriel quiero agradecer a muchos sacerdotes que fueron a evangelizar a la Argentina y América Latina”.
“En mi parroquia estuvo varios años un sacerdote francés, Pablo. Que escuchaba mucho a la gente. Cuando comencé mi vocación, fui a hablar con él, que fue el primero que me escuchó y me dio las primeras orientaciones para el discernimiento. Por eso agradezco a los sacerdotes que dejaron su tierra para evangelizar allí”, valoró.
Sobre el sacrificio que implica esa entrega, el prelado riojano afirmó que “esta tierra es muy bonita y ustedes son personas cercanas. La misión implica un despojo de su tierra y de su gente. Para generar nuevos vínculos y relaciones para su nueva familia”.
“Gabriel se animó a recorrer este camino movido por el Espíritu Santo. Donde fue hizo mucho bien, dio lo mejor de sí hasta la propia vida. Por eso su persona, fe y testimonio sigue iluminando hoy nuestra vida”, puntualizó.
En este sentido, monseñor Braida instó a los presentes a animarse a seguir el camino del beato: “Los invito a dejar que el Espíritu ilumine nuestras vidas. Para vivir lo que Dios quiere en cada día de nuestras vidas, aunque ello implique desprendimiento”.
“De esa entrega simple y cotidiana, Dios saca muchos frutos. Nunca se deja ganar en generosidad y nos regala paz y alegría y una vida en abundancia. Por eso doy gracia a Dios por este día, también por la invitación de su obispo, gracias”, agregó.
“Vivimos en un mundo donde hay muchos problemas, que nos conmueven y que son reales. Pero esto también es real. El testimonio de personas que lo dieron todo por un mundo mejor. Por eso los invito a que nos dejemos inspirar para que nuestra vida sea para un cambio en el mundo. Muchas gracias y junto con la comunidad de La Rioja les deseo que Dios los bendiga mucho”, concluyó.+
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