Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA): “En este día rezamos entonces por los difuntos, y también por nosotros, para crecer en la esperanza y el servicio a los hermanos. Una bonita oración reza: ‘Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz que no tiene fin’. Al final del libro del Apocalipsis, el último de la Biblia, se vuelve a tomar la imagen del árbol de la vida al cual todos estamos llamados a tomar de sus frutos. Somos peregrinos del cielo”, afirmó el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Eduardo Lozano, en su columna semanal referida en esta ocasión a la solemnidad de los fieles difuntos.
“Nuestra vida no es fruto del azar o un castigo del destino. Somos parte de un proyecto del Amor de Dios que quiere darnos vida en abundancia”, subrayó en su columna semanal.
El prelado citó la exhortación apostólica Evangelii gaudium, en la que el papa Francisco recuerda “que la salvación que Cristo nos ofrece no es algo a experimentar en el más allá, como si solamente nos tocara esperar”.
“Si caminamos en esta vida unidos a Cristo, confiamos en que gozamos de su compañía para siempre, en lo que llamamos la vida eterna, el cielo”, sostuvo y agregó: “Dios es eterno. Su amor también lo es. Y de ese modo nos ama; para siempre. Por eso en el hermoso diálogo que Jesús tiene con Nicodemo le dice: ‘Sí, Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna’”.
El obispo gualeguaychense indicó que “tanta belleza en la creación, tantos momentos hermosos compartidos en familia y con amigos, tantos anhelos y deseos que nos quedan sin alcanzar, no pueden ser tan efímeros. La vida es un don de Dios que trasciende los límites de la muerte. Incluso nuestra mirada de esperanza abarca a todo el universo, porque ‘nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia’”.
“En este día rezamos entonces por los difuntos, y también por nosotros, para crecer en la esperanza y el servicio a los hermanos. Una bonita oración reza: ‘Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz que no tiene fin’. Al final del libro del Apocalipsis, el último de la Biblia, se vuelve a tomar la imagen del árbol de la vida al cual todos estamos llamados a tomar de sus frutos. Somos peregrinos del cielo”, concluyó.+
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