Mons. Urbanc invitó a brindar una catequesis signada por la alegría

Mons. Urbanc invitó a brindar una catequesis signada por la alegría

San Fernando del Valle de Catamarca (AICA): El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, dirigió un mensaje a los catequistas en su día. El prelado los invitó a crecer en fe, esperanza y caridad y fomentar estas virtudes en los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que se les confían para iniciar un camino en la fe.
El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, dirigió un mensaje a los catequistas en su día. El prelado los invitó a crecer en fe, esperanza y caridad y fomentar estas virtudes en los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que se les confían para iniciar un camino en la fe.

Monseñor Urbanc les recordó que el servicio catequístico exige siempre ‘ponerse en camino’, es decir, estar "dispuestos a desinstalarse". Al respecto agregó: "No hay nada más contrario al obrar del Espíritu Santo que el instalarse, o el encerrarse. Esto, inexorablemente, lleva a una vida rancia, amarga, aburrida e infecunda".

Para el obispo, hoy es es necesario "tomar conciencia que el hecho de creer debe trasuntar la alegría de haber recibido el don de la fe, como María y su prima Isabel, como los apóstoles al encontrarse con el Resucitado, o por haber sido azotados por dar testimonio de Jesús".

Monseñor Urbanc también les pidió que la catequesis esté signada por la alegría, fruto de la cercanía del Señor Resucitado. "No permitan al mal espíritu de la ira, del desprecio, de la rabia, de la mediocridad, de la envidia, de la murmuración, de la soberbia y de la vanidad", les previno.

Finalmente, el obispo les pidió practicar la cercanía con los catequizandos y con sus familiares, con los demás catequistas, con los vecinos, con los sacerdotes y, en especial, con los pobres y excluidos.

"Les dejo como consigna de vida el siguiente texto: 'fuimos condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no sólo la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos'”.

Monseñor Urbanc les compartió una oración del beato Manuel González, que así dice: ¡Madre Inmaculada! ¡Que no nos cansemos! ¡Madre nuestra! ¡Una petición! ¡Que no nos cansemos! Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor del enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque caigan al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo…¡Que no nos cansemos!.

Firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades para socorrerlos, y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, ocupemos nuestros puestos, el que a cada uno nos ha señalado Dios. ¡Nada de volver la cara atrás!¡Nada de cruzarse de brazos!¡Nada de estériles lamentos! Mientras nos quede una gota de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies, que puedan servir para dar gloria a Él o a Tiy para hacer un poco de bien a nuestros hermanos. ¡Madre mía, por última vez!¡Morir antes que cansarnos! Amén.+

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