La eucaristía, concelebrada por varios sacerdotes de la diócesis, se realizó en el monasterio de las Carmelitas Descalzas, ubicado en Marcos Sastre y Mansilla, contiguo a la Villa Marista. Decenas de fieles se dieron cita en el bellísimo templo, un lugar de paz y silencio, y fueron recibidos por las religiosas contemplativas que allí viven.
“Al cerrar la conmemoración del quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, en este Año de la Vida Consagrada, nuestra mirada hacia un pasado de gloria no nos lleva a detenernos en la arqueología, sino a reavivar nuestra fe, descubriendo que Dios nos sigue llamando a la perfección evangélica también en las circunstancias tormentosas del mundo presente”, dijo el obispo al inicio de su homilía.
Monseñor Marino destacó uno de los aspectos de la doctrina teresiana: la perfección evangélica. Al respecto manifestó: “Es el camino que ella descubre para transformar este mundo. Ella supo unir su anhelo de perfección con su amor a la Iglesia y su misión de entregar su vida por ella”. “En lenguaje del papa Francisco, podríamos decir que ella es, desde su vocación específica, modelo de una ‘Iglesia en salida’. Ella es sensible no sólo ante el desgarro interno de la Iglesia, sino que es capaz de conmoverse profundamente ante el relato de los misioneros en América”.
Más adelante, el pastor de la Iglesia católica en Mar del Plata destacó la humanidad de Cristo y la oración, dos rasgos de la espiritualidad teresiana. Sobre la plegaria, recordó que para la santa orar es “tratar una amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”.
“De este modo –agregó el prelado-, santa Teresa conecta espontáneamente la oración con el ejercicio de la caridad. La oración es cuestión de amistad, cuestión de amor y trato amoroso y esponsal con Dios”.
Finalmente, monseñor Marino agradeció a las monjas y las bendijo: “Queridas hermanas carmelitas, gustaba la santa madre llamar a las casas que fundaba ‘un palomarcico de la Virgen nuestra Señora’. Quiera el Señor que desde este rincón de la diócesis puedan ustedes imitar a la Madre de Dios y contribuir a la renovación y fecundidad de nuestra acción pastoral”.
La Eucaristía dio el cierre a las actividades que se realizaron en el marco de los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, conferencias, encuentros, entre otros. El día anterior se realizaron unas “pinceladas teresianas”, a cargo de la hermana Analuisa, quien destacó la figura de santa Teresa a un grupo de fieles congregados, que luego rezaron las vísperas junto con las religiosas.+
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