Sínodo: La mujer es el corazón de la familia, cuando deja de latir la familia muere
Así, la responsable de la Organización de Mujeres Católicas en Nigeria, Agnes Offiong Erogunaye, recordó a los Padres Sinodales que las mujeres africanas son conocidas por ocuparse de sus familias, con o sin la contribución de sus cónyuges y especificó que ese papel es todavía más fuerte frente a la insurgencia del grupo terrorista de Boko Haram porque las mujeres redoblan sus esfuerzos para que sus familias sobrevivan.
“Partiendo de mi experiencia con las mujeres en este momento difícil puedo decir con orgullo que, aunque el hombre sea el cabeza de familia, la mujer es el corazón. Cuando el corazón deja de latir la familia muere, porque el fundamento es sacudido y la estabilidad se destruye. En Nigeria, las mujeres católicas no son sólo constructoras de hogares. Son una gran fuerza a tener en cuenta cuando se trata de espiritualidad y economía, del crecimiento de la Iglesia”, afirmó Eroguyane.
Infundir en las familias un sentido de pertenencia eclesial
Por su parte, la religiosa estadounidense hermana Maureen Kelleher, citando el Instrumentum Laboris donde se escribe que la Iglesia debe infundir en las familias un sentido de pertenencia eclesial, un sentido del “nosotros”, en el que ningún miembro se olvida y todos deben ser alentados a desarrollar sus capacidades para realizar su proyecto de vida al servicio del Reino de Dios, lanzó un llamamiento a la Iglesia, “ mi familia -dijo- a responder al desafío de inculcar en nuestra familia, la Iglesia, un sentido del “nosotros”, para animar a cada persona - hombre o mujer que sea- a desarrollar sus habilidades para servir al Reino de Dios”.
“Pido a nuestros líderes de la Iglesia que reconozcan cómo muchas mujeres que se sienten llamadas a ponerse al servicio del Reino de Dios no encuentran un lugar en nuestra Iglesia. A pesar de sus grandes dotes no pueden llevar sus talentos a las mesas de toma de decisiones y de planificación pastoral”.
“Tienen que ir a otros lugares para estar al servicio de la construcción del Reino de Dios. En 1974, en el Sínodo sobre la Evangelización, una de nuestras hermanas, Hermana Margarita María, fue una de las dos monjas designadas por la Unión de Superiores Generales. Hoy, 40 años después, somos tres”.+
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