300 miembros de la familia Habsburgo peregrinaron a Roma y fueron recibidos por el Papa

300 miembros de la familia Habsburgo peregrinaron a Roma y fueron recibidos por el Papa

Ciudad del Vaticano (AICA): El papa Francisco recibió en la mañana de este sábado 5 de noviembre, en la Sala Clementina, a trescientos miembros de la familia Habsburgo venidos a Roma en ocasión del Jubileo de la Misericordia. “Me alegra recibirlos con motivo de la peregrinación jubilar que han realizado como familia –dijo el Santo Padre- Deseo hacer hincapié en este aspecto, ya que la familia, en sentido amplio, con la riqueza de sus lazos y sus variedades, es un valor para volver a descubrir en nuestro tiempo”.
El papa Francisco recibió en la mañana de este sábado 5 de noviembre, en la Sala Clementina, a trescientos miembros de la familia Habsburgo venidos a Roma en ocasión del Jubileo de la Misericordia. “Me alegra recibirlos con motivo de la peregrinación jubilar que han realizado como familia –dijo el Santo Padre- Deseo hacer hincapié en este aspecto, ya que la familia, en sentido amplio, con la riqueza de sus lazos y sus variedades, es un valor para volver a descubrir en nuestro tiempo”.

“En esta feliz circunstancia –prosiguió- recuerdan de forma especial al beato Carlos de Austria, que precisamente hace cien años ascendía al trono. Su presencia espiritual entre ustedes hace que la familia de los Habsburgo no mire al pasado con nostalgia, sino que, por el contrario, sea una presencia activa en el hoy de la historia, con sus desafíos y sus necesidades. De hecho, algunos de ustedes desempeñan papeles de primer orden en las organizaciones de solidaridad y promoción humana y cultural, así como en el apoyo al proyecto de Europa como una casa común asentada en valores humanos y cristianos”.

Francisco manifestó también su alegría porque entre las nuevas generaciones de los Habsburgo han madurado vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. “Doy gracias con ustedes al Señor –afirmó- y veo una nueva confirmación del hecho de que la familia cristiana es el primer terreno en el que las semillas de las vocaciones – ¡a partir de la conyugal, que es una verdadera vocación! - pueden germinar y crecer”.

“Carlos de Austria fue ante todo un buen padre de familia, y como tal, un servidor de la vida y de la paz –recordó- Había conocido la guerra, porque fue soldado raso al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Asumió el reino en 1916, y sensible a la voz del papa Benedicto XV, hizo todo cuanto estaba en su mano por la paz, a costa de ser incomprendido y ridiculizado. También en esto nos da un ejemplo más actual que nunca y podemos invocarlo como intercesor para obtener de Dios la paz para la humanidad·.

“Les doy las gracias de todo corazón por su visita y les aseguro que acompañaré con la oración el camino de su familia. Y ustedes también, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Gracias!”, finalizó el Pontífice.

Los Habsburgos
La Casa de Habsburgo (Casa de Austria) y su familia sucesora, en Austria los Habsburgo-Lorena (Habsburg Lothringen), es una casa real de Europa, actualmente no reinante, que gobernó a lo largo de la Historia sobre varios países. En tiempos actuales, el cabeza de la dinastía fue el príncipe Otón de Habsburgo (1912-2011), y el jefe de la Casa, su hijo el archiduque Carlos de Habsburgo Lorena, desde 2007.

Los Habsburgo tomaron su nombre de la palabra suiza Habichtsburg o Castillo del azor, que fue su residencia familiar desde el siglo XI en el antiguo ducado de Suabia. La familia fue ganando territorios y haciendo crecer su influencia, sobre todo en Alsacia, Brisgovia, Argovia y Turgovia, territorios que hoy corresponden a Austria. Los Habsburgos fueron en diversos períodos: soberanos de Austria (como duques, archiduques y emperadores, soberanos en Alemania como reyes de romanos y emperadores el Sacro Imperio Romano Germánico, reyes de Hungría, Croacia, Bohemia, España, Portugal, Galitzia y Lodomeria, Grandes Príncipes de Transilvania, Grandes Duques de Toscana. Otras coronas controladas brevemente por la Casa fueron: Rey Cerdeña, Duques de Parma, Duques de Módena, Emperador de México.

Beato Carlos de Habsburgo
El papa Francisco subrayó esta mañana, ante la familia Habsburgo, las virtudes del beato Carlos de Austria, quien nació el 17 de agosto de 1887 en el Castillo de Persenbeug, en la región del Austria Inferior. Sus padres eran el archiduque Otto y la Princesa María Josefina de Sajonia, hija del último rey de Sajonia. El emperador José I era el tío abuelo de Carlos.

Carlos recibió una educación expresamente católica y desde su niñez fue acompañado con la oración por un grupo de personas, porque una religiosa estigmatizada le había profetizado grandes sufrimientos y ataques contra él. De aquí surgió, tras la muerte de Carlos, la “Liga de oración del emperador Carlos por la paz de los pueblos”, que en 1963 se convertirá en una comunidad de oración reconocida en la Iglesia.

En 1911 se casó con la princesa Zita de Borbón-Parma. Durante los diez años de vida matrimonial feliz y ejemplar la pareja recibió el don de ocho hijos. En el lecho de muerte, Carlos decía aún a Zita: «!Te quiero sin fin»!

El 28 de junio de 1914, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono, en un atentado, Carlos se convierte en el heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro. Mientras se encarnizaba la primera Guerra Mundial, con la muerte del emperador Francisco José, el 21 de noviembre de 1916, Carlos se convierte en emperador de Austria. El 30 de diciembre es coronado Rey apostólico de Hungría.

El deber más sagrado de un rey -el compromiso por la paz- Carlos lo puso al centro de sus preocupaciones a lo largo de la terrible guerra. Fue el único, entre los responsables políticos, que apoyó los esfuerzos por la paz de Benedicto XV. Por lo que respecta a la política interior, incluso en tiempos extremadamente difíciles, abordó una amplia y ejemplar legislación social, inspirada en la enseñanza social cristiana. Su comportamiento hizo posible al final del conflicto una transición a un nuevo orden sin guerra civil. A pesar de ello fue desterrado de su patria.

Carlos fue enviado al exilio en la Isla de Madeira (Portugal). Como él consideraba su misión como un mandato de Dios, no pudo abdicar de su cargo. Sumergido en la pobreza, vivió con su familia en una casa bastante húmeda. A causa de ello se enfermó de muerte y aceptó la enfermedad como un sacrificio por la paz y la unidad de sus pueblos. Murió el 1 de abril de 1922 con la mirada dirigida al Santísimo Sacramento. +

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