Ciudad del Vaticano (AICA): “La reforma de la Curia no es un fin en sí mismo”, aseguró hoy el papa Francisco en la apertura del consistorio en el que el Colegio Cardenalicio será informado sobre los avances en este sentido. El pontífice les recordó a los cardenales que el objetivo es perfeccionar aún más la identidad de la Curia romana en su labor de “ayudar al sucesor de Pedro en la tarea que desarrolla para el bien en el servicio a la Iglesia universal y a las Iglesias particulares, reforzar la unidad de fe, la comunión del pueblo de Dios y promover la acción de la Iglesia en el mundo”.
Tras la oración y unas palabras del cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio cardenalicio, el Santo Padre dirigió también un breve discurso a los presentes.
“La reforma no es un fin en sí mismo”, aseguró el Papa. Es un medio -precisó- para dar fuerza al testimonio cristiano para favorecer una evangelización más eficaz, para promover un más profundo espíritu ecuménico y animar un diálogo más constructivo con todos.
Asimismo recordó que la reforma fue deseada vivamente por la mayoría de los cardenales en el ámbito de las congregaciones antes del cónclave con el fin de “perfeccionar aún más la identidad de la Curia romana” en su labor de “ayudar al sucesor de Pedro en la tarea que desarrolla para el bien en el servicio a la Iglesia universal y a las Iglesias particulares, reforzar la unidad de fe, la comunión del pueblo de Dios y promover la acción de la Iglesia en el mundo”.
El fin de la reforma es "favorecer una mayor armonía en el trabajo de los varios dicasterios, para una colaboración más eficaz en esa absoluta transparencia que en la Iglesia debe caracterizar la sinodalidad y colegialidad".
El pontífice reconoció también que alcanzar esta meta “no es fácil, requiere tiempo, determinación y sobre todo la colaboración de todos” pero “sobre todo confiarse al Espíritu Santo, que es la verdadera guía de la Iglesia” y que ayuda a sus miembros en el discernimiento. Para ello es necesario, aseguró el Papa, “parresía, fidelidad al magisterio y conciencia de que todo contribuye a la ley suprema, o sea, a la ley de la ‘salus animarum’”.
El Santo Padre aprovechó la ocasión para dar la bienvenida a los 20 nuevos cardenales. “Hermanos, qué bonito y dulce es que los hermanos vivan juntos”. Por eso “alabamos al Señor que nos ha convocado. Acojamos en esta asamblea a los 20 nuevos cardenales”.+
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