Animan a los niños a aprovechar la Semana Santa para celebrar el gran amor de Jesús
En un mensaje publicado en el Boletín Eclesiástico, el prelado destacó que la Semana Santa se enmarque está vez en el Año de la Misericordia, convocado por el papa Francisco, e invitó a vivir este tiempo jubilar pasando por la Puerta Santa de la catedral metropolitana y de otros templos porteños.
“Es una puerta especial, al pasar por allí una lluvia de gracias recibimos del Cielo, en especial la gracia del perdón en el sacramento de la Reconciliación y la gracia de la indulgencia plenaria, que es un regalo muy grande de la Iglesia para momentos muy importantes como este Año Santo. La indulgencia nos borra la culpa y el peso por los pecados cometidos, no sólo los propios, sino de otras personas y de los difuntos”, subrayó.
El obispo señaló que el Papa invita también a “poner en práctica las obras de misericordia corporales, y espirituales. Esas obras las debemos aprender en el Catecismo y poner en práctica en todo momento: en la familia, en la escuela, en la calle, con los amigos, en el trabajo. De esa forma nos hacemos cargo de nuestros hermanos, en especial de los más pobres y necesitados”.
“Vivamos la Pascua con Jesús, aprovechemos la Semana Santa para concurrir a la Iglesia y celebrar el Gran Amor de Jesús por nosotros. Vivamos la Pascua en familia, muchos aprovechan para salir de vacaciones pero no nos olvidemos nosotros, los cristianos, que la Semana Santa son días de mucha oración, son días para hacer presente el Gran Amor de Jesús por nosotros. Vivamos la Pascua y anunciemos que Jesús está vivo, que nos acompaña siempre, que nos invita a ser sus misioneros. Llevemos la Alegría del Evangelio y digamos y si es posible gritemos a los demás el Gran Amor de Jesús por nosotros”, concluyó.
Monseñor Giobando propuso, además, presentar y profundizar una obra de misericordia, desde marzo a noviembre de este Año Santo: perdonar las ofensas, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, dar de comer al hambriento, verter al desnudo, visitar y asistir a los enfermos, enseña al que no sabe, visitar a los presos, y rezar a Dios por los vivos y difuntos.+
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