Asistieron a la celebración eucarística de ordenación sacerdotal religiosos y religiosas, diáconos, seminaristas, familiares y fieles de las comunidades de origen de los neopresbíteros y de las comunidades por las que han ido desarrollando su labor pastoral en su etapa formativa y diaconal.
En su homilía monseñor Franzini dirigió su mirada a San José que una vez más “nos ayuda a entrar en este Misterio”. “De algún modo todos los pastores somos hijos de José y lo serán de manera particular ustedes, ordenados en su fiesta”.
El prelado destacó varias de las cualidades y virtudes de San José y señaló que los rasgos de esta filiación “determinan un modo de ser y de vivir el ministerio”: una intensa “vida interior hecha de silencio, escucha y sosiego”; la “obediencia total a la voluntad de Dios, aceptada en la oración y manifestada en gestos muy concretos”; “su vida austera, que ha sabido prescindir de cuanto no es necesario para su misión”; “su capacidad de amar con un corazón tierno y desprendido, purificado de apegos desordenados y de sutiles búsquedas de la propia gratificación. En San José el amor casto y oblativo se hace misteriosamente fecundo y plenificador para él y para el mundo. La vocación al celibato es vocación al amor”.
Hacia el final de su homilía, el arzobispo se refirió a la “necesidad de rezar por las vocaciones sacerdotales” poniendo esta intención en las manos de San José y de “nuestro querido hermano Cristian Appugliese, que ya ha llegado a la meta hacia la que todos caminamos”. Concluyó su homilía pidiendo a San José la “gracia de una fidelidad siempre renovada” para Mauricio y Gerardo.
La celebración litúrgica estuvo acompañada por el coro diocesano Juan Pablo II dirigido por Juanita Guevara, el coro San Agustín, dirigido por Antonio Stirn, y un Grupo Coral dirigido por Diego Vargas, formado especialmente para estas ordenaciones, los cuales ayudaron a resaltar el misterio vivido, intercalando ordenadamente los cantos de toda la celebración.
Los neopresbíteros celebraron su primera misa el domingo de Ramos en las comunidades en donde ya desarrollan su actividad como vicarios parroquiales, Mauricio Del Souc en la parroquia Nuestra Señora del Socorro de Tupungato y Gerardo Peñaloza en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Tunuyán.+
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