Mons. Torrado Mosconi expresó su deseo de contar con una casa para la recuperación de adictos
“¡Cómo quisiera que nuestra diócesis sea una Iglesia que esté más cerca de los pobres, los enfermos y de todos los que sufren!”, exclamó y expresó su deseo de que, como fruto de este Año de la Misericordia, la diócesis pueda tener una casa para la recuperación de jóvenes adictos.
En este Año de la Misericordia, el prelado pidió de manera especial que se invite a entrar por la Puerta Santa a “los hermanos nuestros que viven esclavos de los vicios y pecados”, en particular a los jóvenes que “no conocen a Cristo y que están sometidos a las adicciones al alcohol y las drogas”.
Antes de renovar las promesas sacerdotales, monseñor Torrado Mosconi exhortó a los sacerdotes a “que crezcan cada vez más en la conciencia de la dignidad de su ministerio y de la misión que les ha sido encomendada”, a fin de que esta celebración eucarística sea para ellos “motivo de una verdadera renovación espiritual y pastoral”.
El obispo les pidió a los laicos que acompañen y recen “encarecidamente” por los sacerdotes, también por las vocaciones de especial consagración.
Monseñor Torrado Mosconi llamó a la comunidad diocesana a “crecer en las iniciativas de una pastoral orgánica que nos permita estar más cerca de los pobres, especialmente a través de una renovación de las Cáritas parroquiales, y de los jóvenes en riesgo, a través de iniciativas de contención en la pastoral ordinaria de las parroquias, y de alguna casa de recuperación para los jóvenes heridos y lastimados por las adicciones”.
“Será también una gracia para el pueblo argentino la próxima santificación del cura Brochero. Le pedimos fervientemente que interceda por todos los sacerdotes ayudándonos a revivir la unción recibida en la ordenación”, rogó.
La jornada sacerdotal, que contó con unos cuarenta sacerdotes, comenzó por la mañana con un encuentro presbiteral donde entre otros temas se trató la participación en el Congreso Eucarístico de Tucumán, se analizaron las diversas acciones en orden a la vivencia del Año de la Misericordia y se reflexionó sobre la próxima canonización del Cura Brochero, entre otros temas ligados a la vida diocesana.
Luego se compartir un almuerzo en la casa de retiro Nuestra Señora de la Esperanza, hubo una charla espiritual preparatoria para la renovación de las promesas sacerdotales y un momento de adoración eucarística de los sacerdotes de la diócesis.
Antes de comenzar la misa crismal, el presbiterio nuevejuliense atravesó la Puerta de la Misericordia.+
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