La Iglesia deploró las expresiones ofensivas de un diputado hacia los dos cardenales venezolanos
El 13 de octubre, durante una sesión de la Asamblea Nacional en que se acordaba expresar un saludo especial para monseñor Porras por la designación realizada por el papa Francisco, el diputado Roa, del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo que “Baltazar Porras no solo actuó de forma baja, cuando se fue a designar al cardenal Urosa, cuando sostuvo reuniones con el alto gobierno acusaba al otro cardenal inclusive de que no debía escogerse por conductas homosexuales. Este mismo señor del que ustedes hacen un acuerdo a favor”.
El diputado de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Juan Miguel Matheus interrumpió a Roa, pidiéndole respeto para monseñor Porras. En respuesta, el parlamentario oficialista violentamente le arrojó el micrófono. Como sanción por su violenta actitud, Roa fue suspendido de su derecho al uso de la palabra en la Asamblea Nacional durante un mes.
En su comunicado los obispos indican que “el pueblo venezolano se siente honrado de tener en este momento dos cardenales, y lo ha hecho sentir a través de las múltiples expresiones de cercanía y aprecio hacia ellos. La Conferencia Episcopal agradece profundamente al papa Francisco este hermoso regalo a nuestra Iglesia y a nuestro pueblo”, indicaron los obispos.
La CEV destacó que “los venezolanos conocen el servicio y la dedicación pastoral, cultural y humanitaria con que monseñor Baltazar Porras ha ejercido su ministerio sacerdotal y episcopal, en el llano, en la capital de la República y en los Andes, particularmente en la arquidiócesis de Mérida, distinguiéndose por su sentido eclesial y su amor a Venezuela, a su gente, a su historia y tradiciones”.
“Este gesto del Santo Padre reitera su aprobación a la línea de trabajo de nuestra Iglesia y, al mismo tiempo, su preocupación por nuestra Patria, que sufre desde hace diecisiete años una grave crisis social, económica, política y cultural que abate a todo el pueblo sin distingos, en primer lugar a los más pobres”.
Para los obispos venezolanos, “esta ofensa a nuestros dos cardenales, inducida por vanos intereses políticos, debe hacer pensar a todo el pueblo venezolano sobre la difícil situación que estamos viviendo a nivel ético cultural, que se manifiesta en reiterativos discursos y actuaciones”.
“Además, la fama de cualquier ciudadano ha de ser respetada, quienes detentan una posición privilegiada de poder, dado por el mismo pueblo, no pueden servirse de ella para calumniar y difamar irresponsable y temerariamente al adversario”, subrayaron.
Los obispos aseguraron que acompañarán “espiritual y fraternalmente” a monseñor Baltazar Porras “cuando el papa Francisco le coloque capelo cardenalicio, el próximo 19 de noviembre”.
Al finalizar su comunicado la CEV exhortó “a todos los creyentes a elevar sus oraciones por nuestro pueblo venezolano, por su futuro, por nuestro querido Papa Francisco y nuestros Cardenales, que día a día testimonian la alegría del Evangelio en el servicio al pueblo de Dios”.
“Que María de Coromoto, Patrona de Venezuela, nos proteja con su amor”, concluyeron los obispos.
Mons. Moronta: “Que Roa tenga la “gallardía” de pedir disculpas
Por su parte el obispo de San Cristóbal hizo pública una carta, dirigida al diputado oficialista Hugbel Roa, en la que le pide que tenga la “gallardía” de pedir disculpas públicamente para que, a su juicio, repare el daño moral causado contra los cardenales Urosa Sabino y Baltazar Porras.
“Le escribo públicamente para manifestarle mi repudio a sus difamatorias declaraciones. Usted, además de ofender a Dios y a los señores cardenales, ofendió al pueblo venezolano creyente. Espero me lo permita, ofendió su propia inteligencia, ya que una persona que actúa racionalmente, aun cuando no esté de acuerdo con decisiones como las del Papa, no se vale de la irracionalidad de la calumnia”, se lee en la carta de monseñor Moronta.
“La calumnia es un grave pecado, es un delito que debe ser sancionado según lo establecido en las leyes del país. Como tal entonces también obliga a quien la ha emitido a asumir su responsabilidad y a reparar los daños morales consecuencias de tan bochornoso acto", señala la misiva del obispo de San Cristóbal y lo instó a Hugbel Roa a que tenga “la gallardía” de pedir disculpas públicamente tanto por sus declaraciones como por sus actos, para que, a su juicio, repare el daño moral causado.+
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